Capítulo 268

Elia se quedó rigida por un momento, pero reunió el valor para entrar.

Podria haber decidido no venir, pero pensó que, con los visitantes en la oficina, deberia ofrecerles café, al menos.

Si no lo hacia, todos dirian que era una incompetente en su papel de secretaria. Después de todo, una vieja amiga del Sr. Griera había venido, y lo minimo que podía hacer era atenderle

Solo pensaba en preparar un par de tazas de café y dejarlas delante de ellos, luego salir discretamente de la oficina.

Pero no esperaba encontrarse con esta situación.

Nunca se le ocurrió que la relación que Betiana describia como “viejos amigos” con Asier seria de esta naturaleza.

Si hubiera sabido que era esta la relación, preferiria morir antes que presenciar eso.

Con mil pensamientos en su mente, Elia mantuvo la sonrisa profesional de una secretaria en su rostro, entró, puso el café a un lado, sin mirar hacia el escritorio Sr Griera, aqui está su café, si no necesitan nada más…”

de decir que, si no necesitaban nada más, se iria, cuando Betiana la

Betiana se levanto, creando una distancia entre ella y Asier, y le dijo a Elia. “La recepcionista de antes no tenía ni idea de cómo recibir a los invitados, nunca me

quedó paralizada Inconscientemente miró a Asier, recibiendo una mirada fria y severa. Solo una mirada, pero fue suficientemente impactante

dio un respingo Srta Abreu, ¿no llamó al

trabajo. Asier, no te molestaré más, me iré ahora, nos veremos otra vez Betiana saludó a Asier, sintiendo la presión de su presencia, queria irse

de la oficina después de hablar, Elia

de Asier resono “Srta Sauri,

a sudar frio por

le costara respirar. Se esforzó por sonreir ligeramente, poniéndose de frente a Asier: “Sr. Griera.

levantó y se acercó desde el otro lado del escritório, sus largas piernas, su alta estatura, tan cerca, como una montaña alta, la sombra enorme parecia estar a punto de devorar a Elia.

que su respiración casi se detuvo, inconscientemente quería huir, pero antes de que pudiera moverse, su barbilla fue agarrada por sus dedos largos y

la dejó subir, ¿verdad?” La voz fria y

hizo que la nariz de Elia se calentara

decir: “Sr. Griera, ella dijo que era

deja de hacer movimientos sin sentido, no puedes huir de mi” Asier

cuerpo. Sus labios besaron los de ella, el contacto de sus

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