Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

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Capítulo 293

El solo la tenia a su lado para satisfacer sus deseos carnales, hasta que se aburriera de ella.

Ella pensó erróneamente que su promesa era casarse con ella, incluso estuvo a punto de contarle que había dado a luz a sus cuatro hijos.

Pero cuando vio la realidad, ya no se atrevió a hacer suposiciones sin fundamento.

Ahora solo queria esperar hasta que él la dejara en paz, que dejara de interrumpir su vida tranquila.

Queria que llegara el momento en el que se tratarán como si nunca se hubieran conocido, sin ninguna relación, sin tener que cruzarse de nuevo en sus vidas

Solo de esa manera, con sus cuatro hijos, podria sentirse segura.

La mirada de Asier se volvió fria, dijo con una voz baja y algo enojada: “Lo que quiero decir es que, temo que no puedas regresar de inmediato. ¿Quieres alejarte de mi, para buscar a tu enamorado?”

Sus palabras eran frias como el hielo, obviamente estaba muy enojado.

Siempre estaba pensando en estar con Sergiolg2

¡Para escapar de él, incluso usó a Betiana como escudo!

Elia también se dio cuenta de su error, respiraba con dificultad, aunque todavia tenia una sonrisa en su rostro,

ningún enamorado. Si tuviera algún novio, mi madre no me estaria apurando para

discutir más

y

su bata de baño con fuerza, un poco desconcertada.

salió en pijama la noche anterior, y su pijama también estaba mojada porque Asier la empujó a

tenia ropa para ponerse, ¿como podría

puerta, una criada entró, con una bolsa de papel en la mano, se acercó a ella y dijo

asintió cortesmente Está bien, gracias”

bolsa contenia un vestido, un vestido de manga larga con flores rosas, adecuado para esta temporada, incluso habia dentro ropa interior que le hacia juego con el vestido.

considerado

tan atento cuando estaba con

canso y la abandono

Qué despiadado.

cuando se

Asier le dijo que, si se atrevía a huir, no la dejaria

su deseo de escapar,

a si misma mientras se vestia y

bistec, con un aire elegante y noble, los sirvientes de pie a

las escaleras, se acercó y dijo con respeto: Srta. Sauri, por favor, por aqui.”

sonrio: “Gracias