Capítulo 383

Después de colgar el teléfono, Elia se subió al auto y se dirigió al mercadillo en las afueras de la ciudad.

El mercadillo estaba animado, iluminado por luces brillantes y neones parpadeantes. Habia puestos de venta por todas partes y la gente se sentaba al borde de la carretera, comiendo y nendo a carcajadas. El ambiente estaba lleno de vida y alegria.

Aunque las condiciones del mercadillo no eran las mejores, todos estaban contentos y riendo a carcajadas.

Elia vio a Jimena, Rosalinda y cuatro niños en un puesto de tacos Estaban sentados alrededor de una mesa redonda, disfrutando de brochetas, con una botella de yogurt frente a cada niño y su comida favorita, came asada sin picante.

La escena era cálida y armoniosa.

Elia se acercó

Abel fue el primero en ver a Elia, sus ojos brillaban como estrellas: “Mama!”

Los demás niños, al escuchar la palabra “mama“, se voltearon rápidamente para verla, como pequeños pinguinos.g2

caras de los niños se iluminaron visiblemente con

“¡Mama!”

“¡Mama!”

“Mama!”

“¡Mama

gritaron al unisono, sus voces llenas de sorpresa y entusiasmo. Saltaron de sus asientos y corrieron

a los cuatro niños correr hacia ella, Elia se sintio conmovida hasta las lagrimas Se agachó y

su pecho, abrazandola con sus pequeñas manos y frotando sus cabecitas y mejillas contra ella, demostrando cuánto la extrañaban y necesitaban.

veria durante cuatro días, los niños la extrañaban

y Ines abrazaron a Elia y al sentir

de sollozos incontrolables, resonó

normalmente no lloraba, no pudo

secando sus lágrimas y hablandoles suavemente “Mamá

y Joel todavia estaban acurrucados en su regazo, moviendo sus cabecitas contra ella,

de un rato de canrio con los niños, calmando sus emociones y arreglando sus propios

la camarera: “Trae otro juego

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