Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 417

No hay más que decir, el dinero hace al monarca.

Elia tomó un taxi y volvió a la nueva casa que Jimena habia alquilado para su familia.

Era un edificio de escaleras llamado Bamo Santa Marta

Vivian en el sexto piso, ya que los alquileres eran más baratos en los pisos altos sin ascensor

Elia llegó al Barrio Santa Marta, y sin detenerse, se dirigió a casa.

Hacia dos dias que no veia a los niños, los extrañaba mucho.

Deseaba darles un beso en sus suaves rostros, inhalar su aroma a leche, los extrañaba tanto que le picaba el corazón.

Cuando subió las escaleras hasta el sexto piso, Elia se dio cuenta de que no tenia las llaves de la nueva casa, asi que golpeó la puerta.

“¡Ya voy!” Desde adentro, se escucho la voz de Jimena g2

esperó un momento en la puerta, y luego se abrió.

fin regresas, mujer ocupada! Estamos celebrando para Ina, ha ganado el campeonato, merece

Asintió Elia con una sonrisa, ansiosa por entrar a la casa.

la mesa, con un gran pastel en el centro, se apresuro

“¡Mama!”

“Mama!”

“¡Mama!”

“Mama!”

también se iluminaron de felicidad, dejando de lado la decoración del pastel, y corneron hacia ella. Elia se agachó y acogió en

uno de

abrumador, muy

vi hace un rato Iria sonrió felizmente,

“Si, si.”

yo fui a la escuela hoy, no vi a mamá.”

tampoco la vi.” Dijo Joel.

¿qué te pasó en la cabeza?” Abel, con su gran capacidad de observación, notó el vendaje en la frente de Elia y pregunto preocupado “Mamá esta herida? ¿Te duele? Joel te soplará, y dolor se irá” Joel también lo noto, se puso de puntillas, frunció los labios y soplo en la frente de Elia “¿Qué, Elia estás herida?” Rosalinda, al escuchar la noticia, salió rápidamente de la cocina y vio el vendaje en la frente de Elia, parecia bastante grave Rosalinda sintió un dolor instantáneo en el corazón, pero todo lo que salió de su boca fueron quejas: ¿Cómo te las arreglaste para herrte? Si tu cuerpo se derrumba, ¿qué haremos nosotros y los niños? Tienes que cuidarte por el bien de

madre, Elia asintió repetidamente con la cabeza: “Lo sé,

Pregunto Rosalinda.