Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 495

¿Era tan diferente? Debía odiarla tanto hasta el punto de convertirla en su esclava personal.

“Deja lo que estás haciendo y ve a preparar el café“, sugiere Bruno.

No le quedaba otra opción a Elia que levantarse a preparar el café.

No había más remedio, preparar el café de Asier era una de sus principales responsabilidades.

Viendo que ella se levantaba para hacer el café, Bruno abandonó la oficina.

Elia seleccionó los granos de café más frescos, los molió, preparó el café, y por último le añadió una pequeña cucharada de azúcar y un poco de leche. Con el café en la mano, se dirigió a la oficina del presidente.

Tocó suavemente a la puerta, y tras obtener el permiso de Asier, entró con cuidado.g2

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Asier se encontraba sentado en la silla del presidente, con un aura profunda y noble.

Bruno estaba de pie frente al escritorio, informándole algo a Asier: “Sr. Griera, he enviado a su correo electrónico toda la información de la dueña de la juguetería“. “Bien, sigue con tu trabajo, Asier’le hizo un gesto con la mano.

Bruno se retiró.

el café se tensó de repente.

dueña de la juguetería?

misma dueña de la juguetería con la que se encontró

estaba investigando a la dueña de la Juguetería?

con ella y

hacer, y su respiración se volvió ligeramente tensa por la

mirada profunda y oscura hacia ella: “¿Piensas quedarte de

su voz rica y profunda, naturalmente intimidante, Elia volvió en

tiempo, de lo contrario el

acercó al escritorio y colocó cuidadosamente el café en el escritorio de Asier, diciéndole con formalidad: “Sr. Griera, su café“.

ordenador de Asier, intentando ver qué información sobre la dueña de la juguetería tenía y si tenía algo que ver con

su mirada, sólo para darse cuenta que Asier la estaba mirando en todo momento con sus ojos profundamente

ojos eran oscuros y misteriosos,

hacer que el corazón de Elia

muy interesada en mi ordenador, ¿verdad?” preguntó Asier, su mirada peligrosa estaba fijada en ella.

rio nerviosamente: “No, no, sólo estaba esperando si tenía alguna otra orden, Sr. Griera. Si no hay más nada, me iré a mi oficina

esto, salió prácticamente corriendo de

tratando de calmar su acelerado