Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capitulo 568

Ela ya no pudo contenerse más, se acercó, se agacho y abrazó a Abel en sus brazos. Sus lágrimas cayeron incontrolablemente. Su voz era cálida y suave: ‘Mi niño tonto, nadie está molestando a mama mamá está bien. Antes de hacer algo en el futuro, podrias decirselo a mama, ¿de acuerdo?”

Realmente no sabia que sus hijos habian estado haciendo tanto por ella a sus espaldas

Siempre pensó que ella trabajaba duro para mantener a la familia Penso que era ella quien criaba a los niños.

Pero resultaba que sus hijos también estaban haciendo su parte por ella

Probablemente no haya nadie en el mundo que la amara tanto como sus hijos.

Ellos realmente solo la tenian a ella en su mundo

Abel se acurruco en el regazo de Elia Las lágrimas que había estado conteniendo todo el tiempo, finalmente cayeron en silencio y empaparon la ropa de Elia Debido a que queria esconder que estaba llorando, no pudo hacer ningún sonido, asi que asintió con la cabeza para responder a Elia

La ropa de Elia estaba empapada por las lagrimas de Abel y se difuminaron en su piel, penetrando su corazón.

Ella le dio un beso cariñoso a la pequeña cabeza de Abel y dijo con calidez “Buen niño, mama te ama g2

amo Dijo Abel

a un lado, no paraba de secarse las

con sus ojos profundos, los cuales se oscurecieron un poco

en tecnologia Pensé que solo jugabas a los videojuegos Si tienes talento, debes estudiar mucho y utilizar tu talento y habilidades donde se necesiten. Como defender a nuestra patria, nuestra

hacer algo

Abel asintio obedientemente

hermano mayor, así

estaba calmado, de repente se puso nerviosti de nuevo. Sus ojos infantiles estaban

en casa de papa, vivirán mejor, y eso a mama le da tranquilidad Tu papa puede proporcionarte los mejores

oir las palabras de Elia. Se lanzó a sus brazos, agarrando su ropa con miedo de

ella

quiere separarse de ustedes, dijo Elia, mientras miraba

habian discutido esa misma mañana.

encontraron con los ojos oscuros y profundos de Asier Sus ojos eran impenetrables, nadie podía saber qué

desvió la vista de

ya

de Asier sono “No nos separaremos