Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 609

Elia frunció el ceño inconscientemente.

Maribel sirvió una sopa, se levantó, se inclinó y colocó la sopa frente a Asier, diciendo con una actitud humilde y atenta: “Sr. Griera, recordé que siempre tomas una sopa de trucha después de tus compromisos, y siempre soy yo quien te la sirve.”

Terminó de hablar, mirando a Asier con expectación, esperando que él la bebiera.

Sus palabras estaban llenas de insinuación.

Antes, ella era la secretaria personal de Asier, siempre estuvo cuidándolo en cada uno de sus compromisos. Nadie conocía mejor sus costumbres que ella.

Esto también lo hacia para el resto de los presentes, principalmente para Elia.

Para hacerle saber que nadie podia superarla en conocer a Asier.

Naturalmente, Elia entendió el mensaje en sus palabras Maribel estaba desafiandola

Solo que, probablemente no sabia, la relación entre ella y Asier no era lo que ella pensaba. No importaba cuánto la desafiara, no serviria de nada g2

queria saber, si Asier beberia la sopa

Maribel todavia tenia un lugar en

a Asier, su mirada estaba llena

rostro apuesto, no mostró ninguna emoción, ni siquiera levantó los

sopa frente a el, y nunca le prestó

esperando la reacción de Asier, pero el continuaba comiendo tranquilamente, como si ella no existiese

atenta en el rostro de Maribel poco a poco se desvaneció, quedándose rigida, parada en un incómodo silencio, se sentia demasiado

ceño, intentando interceder por Maribel: “Asier, Maribel te esta hablando. Ella sabe que te gusta la

hacia Benjamin, Con una gran tranquilidad, tomó la sopa de trucha y

timido.”

de Benjamin se oscureció instantáneamente, mostrándose muy enfadado.

originalmente la cocinera hizo la sopa

comiendo su comida.”

se quedó parada en su lugar, sus manos apretadas

gusta la sopa, le gusta la crema.” La voz

crema rosa de su pastel con una cuchara y la llevó a la boca de Asier

de comer, abre la boca tria

manita regordeta estaba cubierta de crema, al igual que su boquita. Estaba usando su propia cuchara para

cuchara, sin duda, estaba llena de su