Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 635

Los ojos profundos y oscuros de Asier, cargados de tensión, se encontraron con la mirada a Sergio: “¿Cuántos hijos tienes con tu exesposa?”

Sergio, con la intención de incitarlo, queria que Asier revelara su relación con Elia.

Para su sorpresa, Asier no se enfadó. En cambio, cambió de tema y le preguntó cuántos hijos tenía.

“Dos, un niño y una niña, con dos años de diferencia“, respondió Sergio.

“Yo tengo cuatro, son cuatrillizos. ¡Los tuvo la mujer que acabas de ver!“, Asier, con sus ojos profundos, miró fijamente a Sergio. Aunque no estaba presumiendo directamente, el sentido de jactancia ya se habia manifestado en su expresión y palabras.

Sergio se quedó atónito por un momento. Después de un breve shock, se rio y palmeó el hombro de Asier: “Tu capacidad de reproducirte no es como la de los demás. Ya que ella es la madre de tus hijos, mi aventura puede esperar un poco más, ¿qué pasaría si ella se convierte en tu exnovia?”

“¡Largate!” Asier le dio una patada.

Sergio, ágil, esquivó el golpe, su rostro estaba serio, pero sus palabras estaban llenas de bromas: “Asier, tu velocidad no es buena, ¿cuántos años hace que no practicas? ¿Cómo lograste tener cuatrillizos?”

Asier, con su rostro apuesto y oscuro, lo miró de reojo: “Vamos al café del hotel, te necesito para algo, “g2

se dirigio al café del hotel.

de cerca con una sonrisa en

observaba cómo Asier y Sergio se iban. Estaba un

que tenían

era de extrañar que Sergio se mostrara tan relajado y despreocupado cuando ella le estaba explicando el caso. Parecía que no tenia ningun interes en el

afirmó que no temia el poder

de Asier, ¿cómo iba a ayudar a una desconocida a investigar algo en contra

intención de animar a Sergio con unas copas, tal vez si el estaba de buen humor,

ahora parecia que todo

el principio, Sergio ya

se sintió de repente muy decepcionada y

muy lejos, en una mesa de comedor, Jimena estaba sentada frente a Orson y otra mujer.

estaba sentada al lado de Orson con hostilidad, forzando una sonrisa: “¿Quién te crees para sentarte

Orson?”

reconoció a la mujer. ¡Era Priscila Guzmán, la arrogante heredera que habian conocido

cambiar su furia por

punto de comprometemos, ese es mi respaldo. Y para ti, no eres más que una cualquiera. Orson pasará un rato contigo,