Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 734

Elia llegó apurada al lugar de las citas a ciegas, la organizadora la tomó del brazo y la llevó rápidamente al lugar.

El salón del café, al principio destinado para que las personas se sentaran y conversaran, estaba en un completo desorden con las mesas y sillas volteadas por todos lados.

Rosalinda estaba en una acalorada discusión con un hombre y su rostro estaba rojo de furia.

“Eres un sinvergüenza! Me has engañado tantas veces y ahora estás aquí para engañarme de nuevo!” Rosalinda estaba tan furiosa que casi se le salen los ojos

Tenia a ese hombre agarrado del cuello de la camisa con una mano y sostenía una silla con la otra, lista para golpearlo en la cabeza.

¿Cuando te engañé? Tú fuiste quien mostró interés en mi perfil y quiso tener una cita conmigo.” El hombre se defendió con vehemencia.

Cuando Elia vio la cara del hombre, resultó ser ¡Gabriell

¿Por qué tenia que ser el de nuevo?

en tu perfil? Tu les dijiste que estabas interesado en mi perfil y le pediste que nos presentara! Usaste un nombre falso, ocultaste tu

que apenas

mi Eso sólo demuestra que todavía

contigo! ¡Prefiero casarme con un monje antes que casarme contigo! ¡Devuélveme el dinero que pague por tu presentacion Rosalinda

seguía hablando, ella realmente iba a

seas tan agresiva. No se parece a la mujer dulce y gentil que solias ser Me gusta más la Rosalinda timida y sofisticada. Nos seguimos encontrando una y otra

cara decente y su vestimenta elegante que habia

sentia que la estaban pisando en donde más le dolia. No quería admitir que todavia le gustaba Gabriel Habia intentado olvidario por todos los medios, pensando que conocer a otras personas la ayudaría a olvidarlo por

con la que estaba saliendo

el tipo de

cala en sus

Cuanto más Gabriel acertaba en lo que sentia, más dificil le resultaba soportarlo. Levanto

lanzó contra Gabriel

perjudicar a la gente!”

la silla que Rosalinda le había lanzado. Enfurecido, la apartó de un empujón

salvaje!”

empujada hacia atrás y casi se

cuestión de segundos. Elia y la organizadora no tuvieron tiempo