Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 753

Ella dejó los utensilios de comer y con prisa convocó a los cuatro pequeños para que se movieran. Empacó las cosas que iba a llevar a su abuela y partieron

Cuando terminó de empacar, el auto de Asier ya habia salido de Villa Serenidad.

Parecia que no iba a volver con ellos a Barrio Santa Marta.

Mejor que él no fuera, para evitar un ambiente tenso, Elia estaba más que relajada

En el patio estaba estacionada la furgoneta que solia llevar a los niños a la escuela, Fabio estaba al lado del vehículo, ayudando a los niños a subir. Cuando Elia también subio, Fabio cerró la puerta y le dijo al conductor que condujera despacio.

Gracias a la van privada, llegaron rápidamente a Barrio Santa Marta

Elia y los niños bajaron del vehiculo y caminaron hasta casa.e2

Al abrir la puerta, la casa estaba muy tranquila, no habia señales de Rosalinda

comenzó a preocuparse inconscientemente ¿Donde estaba Rosalinda? ¿No estaria involucrada en algo con

la abuela?” preguntó Joel con curiosidad.

inmediato. Rosalinda salió rápidamente, emocionada y feliz. “Mis nietos han vuelto, vengan, abracen a la abuela,

los niños, quienes

abrazo a los cuatro niños, besando sus inocentes caritas.

lágrimas Brotaban de sus ojos y dijo: “Mis pequeños tesoros, están creciendo, cada vez más adorables. Aunque la abuela no está siempre con ustedes, ustedes pueden vivir muy bien. Ay, la abuela realmente no sirve para nada”

Rosalinda. Cuando no había nadie en casa, se habia encerrado en

que no

¿Podrían los cuatro niños haber crecido tan adorables y hermosos si no fuera por tu ayuda? Ahora que están

dormir profundamente sin ella o Rosalinda, sintió una amargura y tristeza en su corazon, fue una

crecian, siempre tenían que ser independientes

su independencia y soltarlos cuando

esquinas de sus ojos y dijo: “Si, tienen que ser independientes, igual que tú Independientes, ya

un problema para mi? Me criaste, ahora que puedo asumir responsabilidades, es gracias a tu buena educación

asustado y estaba desilusionada y triste. Elia temia que, si pensaba demasiado

de sus lágrimas y de repente le preguntó: “¿Puedo tener a los niños en casa unos dias más? Pasare un poco

para decirselo‘,