Capítulo 959

“Tiago, la mujer que estaba con nosotros en la cafetería hace un rato, Elia, acaso se la llevaron ustedes? ¡Devuélvanla ahora mismo o se olvidan de abrir el negocio hoy!” exigió Rayan con un tono que no admitia

réplicas

Tiago, consciente de que Rayan era un hombre con quien no se jugaba, intentó calmar la situación con una sonrisa nerviosa. “Señor, las dos mujeres se fueron con usted, no están aqui. ¿Cómo me atrevería a meterme con alguien del circulo de Rayan en mi propio local?”

Rayan frunció el ceño, dudando. “De verdad no fuiste tú?” Preguntó.

Con la mano en el corazón, Tiago insistió: “De verdad que no. ¿Quién se arriesgaria a hacer algo asi, sabiendo que seria descubierto enseguida? Ni loco me enfrentaría al Señor Rayan.”

Si fuera un hombre de problemas, su negocio no habría durado tanto. Además, Tiago sel ganaba la vida sirviendo a

las cámaras de seguridad. Te advierto, esa mujer trabaja para Asier, y si

para allá ahora mismo,” contestó Tiago, con el sudor corriendo

hacer temblar a Tiago. Conocía de primera mano la reputación implacable de Asier y recordaba cuando la empresa de su hermano Felipe quebró a manos de ese hombre, dejando a su familia en

la cafeteria y la entrada, pero no alcanzaban a ver la calle donde Elia habia desaparecido. Sin perder

el capitán llegó, revisaron las grabaciones juntos. Después de unos minutos, las imagenes revelaron una escena preocupante; un hombre corpulento había cubierto la boca de Elia con un trapo Tras un breve forcejeo, ella quedó inconsciente y el hombre

se apoderaba de él y dijo. “Dios mio, Elia

Asier solia jactarse de sus cuatro hijos y Elia era la madre de esos niños. Si algo

policia coordinó esfuerzos para rastrear la furgoneta La siguieron hasta una bifurcación en el camino de la montaña,

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