Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 998

Elia, sin duda, sentía un hambre que le roia las entrañas. Esa mañana, durante el desayuno, la presencia de Asier la había tenido tan tensa que apenas había conseguido tragar bocado.

En ese momento marcaron justo las dos de la tarde, el almuerzo seguía brillando por su ausencia en su estómago.

La comida en la mesa no le despertaba apetito alguno, pero cuando Liuva le acercó un postre, un pastel dulce que parecía una sinfonia de sabores, sus papilas gustativas empezaron a trabajar a todo vapor.

El hambre era una cosa, pero era que últimamente tenía un antojo especial por lo dulce; el mero aroma de un postre la hacía salivar.

Con el pastel de chocolate en la mano, Elia se dispuso a tomar el tenedor clavado en su cremosa superficie.

Liuva aún permanecía a su lado, observando con una sonrisa amable, aunque en su interior, un jardin de malicias florecía y decía. “Come Elia, maldita bastarda, que pareces salida de algún pueblucho perdido, no mereces más que basura.”

Pronto saborearias algo peor que la basura.

Después de todo, incluso tendrías que agradecerme por haberte servido ese pastel.

mi es como jugar

su mundo de triunfos imaginarios cuando, inesperadamente, vio que Elia soltaba el

que disfrutas tanto? Tú misma lo cortaste, seguro lo hiciste pensando en darte un gusto. Por favor, cómelo tú.”

los labios, pero en sus ojos había una frialdad que podria cortar

acero.

nadie de esa casa.

una rápida visita a la cocina, ¿de repente la trataba con

era amigable, destilaba una falsedad que

primera vez que trataba con la familia

tramaban algo, más cálidas y llenas de buena intención parecian sus sonrisas.

le habia ofrecido el pastel, con una sonrisa tan radiante que parecia

que el pastel

de comer nada que viniera de las manos de

de Luva se congeló por un instante, casi imperceptible, antes de volver a su fachada de preocupación por Elia diciendo “Estamos en mi casa, puedo comer pastel cuando

ganas, mejor cometelo tu insistió Elia, empujando el plato aún más cerca de

labios

a contaminarta Su sonrisa se desmorond y con un tono de disgusto, le dijo a Elia ¿Qué te pasa? Te corte el pastel con la mejor intención y no solo to rechazas, sino

ella lo