Capítulo 1035

Él echó un vistazo al micrófono en manos del periodista, viendo la insignia que decía “La Semana“.

“¡La Semana! No verán otro amanecer.” Al terminar de hablar, sacó su celular y llamó a Bruno: “Tienes dos horas para dejar a La Semana en la ruina.”

El joven reportero, aterrado, se quedó sin palabras, pálido como un papel, y suplicó rápidamente: “Señor Griera, lo siento, he hablado más de la cuenta, no volverá a suceder, por favor, dele otra oportunidad a ‘La Semana

“¡Fuera de mi camino!” Asier estaba perdiendo la paciencia rápidamente.

El joven periodista, intimidado por su tono de voz, retrocedió apresuradamente, casi tropezando Los otros reporteros que habían estado detrás de él, esperando una oportunidad para acercarse y hacer preguntas, también se echaron hacia atrás, atemorizados por la ira que irradiaba Asier.

Pronto, le abrieron paso.

Asier ni siquiera les lanzó una mirada más, se levantó y caminó por el espacio que le habían despejado, subió a su lujoso Rolls–Royce negro, pisó el acelerador y retrocedió bruscamente, dirigiendo la parte trasera del vehiculo hacia el grupo de periodistas.

Los periodistas, aterrados, se congregaron juntos, retrocediendo en pánico. Habia demasiada gente y no podian moverse lo suficientemente rápido. Al ver que la parte trasera del vehículo se acercaba, la gente en del frente inhalaron bruscamente y abrió los ojos de par en par, aumentando su velocidad, mientras que los que estaban detrás no podian seguir el ritmo, causando un desorden. Los de atrás tropezaron y los de adelante tambien cayeron

domino humano, cayendo fila por fila.g2

de forma cómica y desordenada. Su rostro tenso se

habían bloqueado el paso yacían

la ciudad deslizándose por el brillante chasis del auto, formando un arcoiris de colores que no podían derretir

velocidad del Rolls–Royce y su determinación, rápidamente se apartaron, dejando una vía libre, temerosos de provocar la

volante y las venas de sus manos ligeramente resaltadas, miraba fijamente hacia adelante. La frialdad que lo rodeaba llenaba el interior del auto, bajando la temperatura a un punto

tomaría veinte minutos llegar a Villa Serenidad, pero Asier lo redujo

minutos

minutos llegar a Villa

Asier salió, caminando con una

de la cocina y, al ver a Asier rodeado de un aura hostil, se tenso y

Asier era fria y

se estremecia de miedo y reporté con sudor en la espalda

Asier se oscurecieron

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