Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 1129

Asier ni siquiera la miraba a ella, y si intentaba seducirlo, la rechazaba con desdén. Hasta ese momento, el dolor en su estómago era un recordatorio de su rechazo.

Pero con Elia, él era tan autoritario y dominante, íntimo y apasionado, tomando la iniciativa en sus abrazos y caricias.

¿En qué había perdido ella contra Elia?

Antes, cuando era pura e inocente, podia tomarse las cosas con calma, pero en ese presente, ya no e

era

la virginal damisela de antes, su capital para atraer la atención de Asier se reducia cada día más, tenia que acelerar el paso. Solo si conseguía a Asier, podría estar tranquila.

¡Claro, Ramiro!

Elia parecía llevarse bien con él, no dudaba en hacerle cariños en público, y Ramiro también había dicho que podía ayudarla…

Liuva miró hacia la entrada del campo de golf, con una mirada maquiavélica brillando en sus ojos.

por las

“Liuva, ¿has estado muy ocupada con el trabajo últimamente? ¿Por qué no vuelves a casa noches?” preguntó Adela con preocupación.

hubiera dado los dos millones para que inviertan en la bolsa?” Liuva respondió con una mirada feroz

pasado fuera de casa, porque contarles no serviría de nada, solo se quejarían de ella. Además solo expondría su

que conseguir por si misma la posición

casa, Liuva llevó a Gabriel al estudio y, cerrando la puerta para evitar a Adela, le dijo: “Papȧ, enviame ese video con el que puedes

estás planeando? ¿Quieres vengarte porque Elia te ha ganado al golf?” Gabriel preguntó con cautela.

desagradecida, me ha provocado una y otra

temido sus amenazas y la había tirado

tenía

“No seas impulsiva, hay

pisotean, ¿cómo se supone que debo planear?” Liuva estaba furiosa, recordando las humillaciones recientes, sentia una

sé que hoy te has sentido derrotada y quieres vengarte de Elia, pero te lo digo en serio, los videos

perder algo tan importante?” Liuva se sintió golpeada, había pensado que podría vengarse de Elia en cualquier momento, pero resulta los

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Capitulo 1129

mamá los encontró y los borró sin decirme,” Gabriel siempre lo había sospechado, pero como Adela no lo confrontó, tampoco se atrevió

con un resoplido. “¡Mi madre siempre estorba más

otro lugar, voy a

tanto en Villa Serenidad.

de la mesa, cada uno con su cucharita, disfrutando de sus comidas infantiles, especialmente Iria, cuya gordita y