Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 1190

Jimena estaba destrozada, su primera vez se había ido y encima la trataban como una cazafortunas,

Después de aquella noche con Orson, creyó que podría enfrentarse a la familia Salcedo y convertir la farsa con Orson en una realidad, soñando con un futuro juntos.

Pero nunca imaginó que Marisa le revelaría que solo era una pieza en el juego de los abuelos, quienes la querían solo para que Orson tuviera un heredero.

Para convencerla de llevar a cabo su plan, el abuelo Salcedo habia mentido descaradamente sobre una oferta de quinientos millones para romper el compromiso de Orson con Priscila, y había hecho que bebieran un caldo fortificante. Después de tomarlo, la pasión entre ellos se desató…

Y como si una vez no fuera suficiente, la abuela Salcedo personalmente les llevó otra ración de ese caldo, asegurándose de que entre ellos sucediera algo más.

Las crudas verdades hacían imposible no creer en las palabras de Marisa.

Además, estaba viendo en primera persona como no Orson ese día estaba cenando discutiendo la fecha de su boda con Priscila en el restaurante. Eso solo confirmaba que las promesas del abuelo Salcedo no eran más que palabras vacías; el compromiso entre Orson y Priscila seguía en pie.

Después de dejar la casa de los Salcedo, Jimena estaba tan herida que se fue de compras por despecho. Adquirió bolsos y zapatos de marca, ¡gastando medio millón en solo dos artículos!

esos lujos, sintió remordimiento. Nunca había sido una mujer

estaba gastado, y Jimena decidió no darle más

eso para burlarse de ella. Jimena se inflamó de ira como un gato pisado en la cola y

dejando a Orson con un semblante sombrío, mordiéndose los labios

vista, Orson, como si

La visión de Jimena allí sola

dicho no eran solo palabras dichas en el calor del sino que

económico, mientras que su afecto por Daniel era genuino, ha de no permitir que él pagara

tomó dos millones de la familia Salcedo sin titubear y gastó medio millón en un d si nada.

podía gastar decenas de miles sin pensar, pero con quien amab soportaba que gastara ni

planeado luchar con su familia por una oportunidad con

tomado su primera vez, había sido

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