Capítulo 1196

Elia escuchaba en silencio, sin decir una palabra.

Sabía que Jimena estaba defendiéndola.

Las palabras de Jimena también tenian mucho sentido para Elia.

Si Marina no entendia la lección y seguía con sus caprichos, nada bueno saldría de ello.

Viendo que la madre de Marina seguía llorando y arrodillada en el suelo, sin prestar atención a lo que Jimena decia, esta se enfureció aún más y exclamó: “Crees que sacrificando tu dignidad vas a comprarle más libertad a tu hija? ¡Eso es como ser cómplice de sus fechorías! Se va a sentir con más derecho a exigir y a actuar sin pensar en las consecuencias. Te lo digo claramente, ni Elia ni yo vamos a interceder por tu hija ni mucho menos a perdonarla. ¡Por poco pierde la vida! ¿Usted o su hija tuvieron. compasión por ella? Si quieres seguir de rodillas, ¡pues quédate asi!”

Después de hablar, Jimena tomó de la mano a Elia, rodearon el coche y se dirigieron hacia la puerta trasera, preparándose para que Elia subiera.

En ese momento, a lo lejos, se aproximó un Rolls-Royce negro, con una velocidad suave y elegante, que se detuvo justo detrás del coche de Jimena.

La puerta se abrió y de ella bajó un hombre alto y distinguido, vestido con pantalones negros impecables y una camisa de manga corta también negra, con la corbata perfectamente anudada. Su sola presencia parecia hacer que el aire se volviera más denso y la presión atmosférica bajara, creando un sentimiento de inquietud.

Elia vio al hombre que descendía del coche: jera Asier!g2

Su rostro, hermoso como la estatua, estaba tenso, y con paso firme se acercó a ellas. A medida que se aproximaba, el aire parecía perturbarse, haciendo que la respiración se volviera más lenta y el corazón se acelerara con ansiedad.

sentir la aproximación de Asier, aflojó su agarre sobre la mano de Elia, como si temiera que

Marina también vio a Asier y su expresión suplicante cambió de inmediato a su

perdón para Marina. Pero en ese frente a Asier,

profundo de su

temor,

a quien intentó llevarla

muerte?

ey

su mano hacia Elia, mirándola intensamente y sin decir una

rostro. La expresión de Asier era seria y sus rasg afilados y duros indicaban que no

oscuros y profundos destilaban peligro y

contuvo la respiración y extendió su mano

leve apretón, la acercó a su lado. Luego, pasó su otro brazo alrededor de su cintura,

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13.00 m

Capitulo 1196

dándole una profunda

estaba temblando, se quedó paralizada bajo la fria y penetrante mirada de Asier, demasiado asustada para seguir temblando. El chofer bajó del coche y se acercó a Asier, esperando instrucciones:

ordenó Asier con

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