Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 1367

“¿Dónde te duele, te duele mucho? ¿Por qué estás temblando así?” La enfermera, al ver que las manos extendidas de Elia temblaban como si estuvieran atrapadas en un vendaval, no pudo evitar su preocupación.

Elia, con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada, dijo: “Es su sangre, yo no estoy herida…”

En el momento en que la pared se derrumbo, fue Asier quien se abalanzó hacia ella con la rapidez de un rayo, cubriendo su cuerpo con el suyo. Él se convirtió en su escudo humano, recibiendo todo el peso del escombro en su espalda, mientras que ella quedaba milagrosamente a salvo.

De no ser por él, ahora sería ella quien yacería en la sala de emergencias, o peor aún, tal vez estaría en la morgue.

Ella le debía su vida a Asier.

Al escuchar que la sangre que Elia tenía en sus manos era “de él”, la enfermera se detuvo, aun sin saber lo que había ocurrido, podia adivinar de qué se trataba

La enfermera, mientras limpiaba rápidamente las manos de Elia con yodo, le dijo: “Tu esposo realmente te ama, en estos tiempos, encontrar a un hombre que arriesgue su vida por salvar a su pareja es algo

raro.

Amor?

de Elia, causando ondas en su interior, expandiéndose con

así por amor hacia

de arriesgar su

podría haber si no era

era evidente para los

no podemos perder más tiempo, el paciente no puede esperar más, dijo la enfermera terminando con la limpieza

el número de Vania. Ella tenía una excelente memoria y

apenas una vez antes de

supo

pueblo y busques a alguien con ese tipo de sangre, traelos al

hablaba, Elia no podia contener los sollozos, su voz era un

Vania y colgó el teléfono para buscar si habla alguien en el

la familia Griera, el presidente del Grupo Griera. Aunque tenía una reputación

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Era un hombre

de una

verdadera lastima

Sergio, su admiración por Asier