Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 1406

Jimena con sus ojos redondos y grandes, miră fijamente a Priscila, a punto de estallar en palabras.

Pero vio a Orson retirar su brazo del agarre de Priscila, y con una mirada de disgusto le dijo: “Priscila, ¿así es como saludas? ¿Esto es lo que llamas educación? No me hagas pensar que ni siquiera terminaste la primarial”

Aloir las palabras de Orson, el enojo de Jimena se apagó a la mitad

¿Qué estaba pasando?

¿Orson la estaba defendiendo?

¿No era Priscila su prometida?

Hace tres años, su fiesta de compromiso con Priscila sacudió toda la Capital, todos los medios de comunicación lo cubrían, la escena de su compromiso era grandiosa y lujosa.

La fiesta duró dos dias, era incluso más grande que muchas bodas.

Jimena no quería saber nada de Orson, ni cuán difícil había sido su compromiso con Priscila.g2

Los televisores, los clips en los celulares, las notificaciones de noticias, todo anunciaba el gran evento de su compromiso.

atisbo de cariño por Orson, se esfumó

llevaban tres años de compromiso, y Jimena no sabía por qué aún no se habían casado, pero estaba segura de que algo había pasado

cuántas veces habría ocurrido, pero estaba segura de esa vez: Orson y Priscila habían acostado juntos de

habían dormido juntos una vez, seguramente serían

parte de su prometida, sino

sorprendió a Jimena.

preparadas para regañar a Priscila se quedaron en la punta de la lengua.

Priscila se agarró del brazo de Orson, su corazón también se sintió vacío.

de reproche de Orson, puso una cara de tristeza y le dijo: “Ella te estaba faltando el respeto, yo solo estaba tomando tu

meternos en lo que no nos incumbe“, dijo Orson, mirando a

desdén.

intentó emparejarlo con Priscila, Orson nunca la

estaba borracho y soñó que era Jimena, pero al

Estaba muy arrepentido.

claro que soy tu prometida, es mi derecho preocuparme por ti, ¿a qué viene eso de que me meto en lo que no me incumbe? Orson, si sigues tratándome así, iré a decirles a mis padres que retiren su inversión del Grupo Salcedo, ¡y que te quedes sin tu puesto de

Pero ahora, él no la respetaba, incluso tomaba partido

consentida, se acabó, y le

llenas de amenazas.

había sido de las que se dejan aplastar; mimada desde pequeña, era la niña rica de la familia, protegida