Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

preguntó Orson, su voz se volvió ronca por la emoción contenida.

Capítulo 1408

La mirada de Orson era demasiado seria, tanto que mens se sentia inquieta por dentro.

Esa intensidad en sus ojos is hacia pensar que quizás é todavia quartaba algún sentimiento por ella Cualquiera que los vier podria pensar que él estaba considerando si debía reconciliarse con Priscila o no.

Pero la verdad ea que lo que sucediera entre Orson y Priscila no tenía nada que ver con ella.

Jimena, enfrentando la mirada de Orson, se sentía cada vez más nerviosa Rápidamente desvió la vista, su corazón Jatia acelerado y dijo evasivamente: “Que tú y ella se arreglan o no, eso ya es asunto tuyo. Elia me está esperando abajo, yo ya me voy.”

Dicho esto, se apresuró a pulsar el botón del ascensor. Cuando el ascensor llegó y las puertas se abrieron, eila apresuró el paso y entrò.

Justo cuando iba a presionat el botón para cerrar la puerta, la alta figura de Orson entró y se quedó a su lado.

Las puertas del ascensor se cerraron y Jimena pulsó el botón de la planta baja.

En el espacio cerrado del ascensor, solo estaban Jimena y Orson.g2

Y él estaba tan cerca que no había ni un paso de distancia entre ellos. Ella podía sentir el sutil aroma a menta y tabaco que emanaba de él, así como su potente presencia masculina.

la primera vez que

él.

tres años, esa sensación no

y

él pudiera ver a través de ella, que supiera que no

estaba nerviosa y avergonzada,

superado, podría mirarlo directamente sin ningún

Priscila recién?” preguntó Jimena, buscando disimular el temblor en

voz sono abrupta en el silencio del

hacia Jimena. Desde ese ángulo, podía ver la parte

rostro todavía mantenía un poco de esa ternura infantil y sus mejillas rellenitas

y tierno, Orson sintió un vacío en su respiración y su

tres años, todavía

Priscila, que por más que ella trataba de seducirlo con gestos y coqueteos, él no

con sus padres, para que dejen de invertir en mí y me conviertan en un don nadie sin apoyo. No puedo impedirle que se vaya

palabras, Jimena volvió la cabeza y lo miró con una mirada que no pudo evitar transmitir cierta simpatía. En estos años, Orson no era solo el gerente de una sucursal, sino que había ascendido a la oficina central del Grupo Salcedo y se había convertido en el vicepresidente del grupo, con su padre

crecía, él estaba destinado a tomar las riendas del Grupo

פו1