Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 1484

“No pienses más en ello, ese hombre no vale la pena. ¿Elia, tienes tiempo ahora? Ven a mi casa, necesitamos hablar.” Jimena, que no tardaba en reaccionar, ya había comenzado a maldecir a Asier y había dejado de intentar acercar a Elia a él.

Sabía que Elia estaba sola en ese momento, y cuando estaba sola, era fácil que se pusiera a pensar en tonterías.

Así que invitó a Elia a su casa, pues la alegría y el bullicio siempre ayudan a olvidar las penas.

“Claro, voy para allá enseguida.” Después de colgar el teléfono, Elia se puso en movimiento.

Manejó su carro y pronto llegó a Islas Verdes.

Caminó hacia el edificio de apartamentos de Jimena y vio a un hombre de figura esbelta y rostro seductor parado en la entrada, era como si estuviera esperando a alguien.

El hombre llevaba pantalones negros y una camisa blanca, con las mangas arremangadas hasta los codos, mostrando parte de sus brazos delgados pero definidos. Su vestimenta le daba un aire de encanto masculino a su figura seductora.

Ese hombre era Orson.

Al ver a Orson, Elia instintivamente se puso en guardia.g2

vio primero y sus ojos se iluminaron. Se acercó a Elia y

de Orson, Elia tensó los nervios

Orson merodeando en el edificio de Jimena.

sería que había venido a buscar a

con un deje travieso: “Tú muéstrame el

se colocó detrás de

adivinó sus pensamientos. No siguió caminando, sino que se giró y lo miró con sospecha: “Orson,

no supe cuándo salió. No pude ir a despedirla. Dicen que cuando una buena amiga se lastima, uno debe llevarle cariño y regalos a su casa. Llevo más

y habló

había venido a ver a

qué no subiste directamente?”

vive.” Orson mantuvo su sonrisa encantadora y habló de forma cortés.

de su incómoda excusa, su

Jimena y sabía que vivía en Islas Verdes y en qué edificio, pero no sabia en

luego ofreció una sonrisa educada y distante a

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en ella. Apreciamos el gesto, pero no hace falta el regalo, Vuelve a casa,