Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 1495

¿No era esto lo que ella siempre había deseado?

Elia respiraba pesadamente y su corazón latía con una opresión que no podía ocultar. Bajó la mirada y continuó pelando los camarones en sus manos, esforzándose por no mirar hacia Asier y Cecilia.

“Cecilia, baja un poco la voz, estamos en público, después en casa podrán demostrarse todo el amor que quieran. Mira que estamos todos aquí, ni siquiera hemos empezado a comer, no nos hagan llenarnos con su miel“, bromeó Morfis, aunque sus palabras parecían aconsejar discreción, para Elia resonaban como un golpe más.

¿Asier era el prometido de Cecilia?

Esa frase fue como una espina clavándose en el ya dolorido corazón de Elia, haciéndola sufrir aún más. ¿Cecilia y Asier estaban comprometidos?

¿Cómo era posible que Maximiliano no le hubiera dicho nada?

Qué irónico, todas esas promesas de compensar a su hija por las faltas del pasado no fueron más que

mentiras.

y Cecilia, ¿no

el padre de sus hijos se comprometiera con Cecilia.

una y otra vez, siendo el centro de todas

camarones en sus manos de repente parecían pesar una tonelada, algo tan liviano y ella

a Morfis. Mientras hablaba, le puso un pedazo de carne en su plato, como queriendo callarlo, aunque en su rostro

te sonrojas por esto, ¿qué pasará cuando se casen y llegue la noche de bodas? ¿Te vas a esconder debajo de la

martillo y ya no pudo quedarse sentada. Dejó los camarones, cogió una servilleta para limpiarse las manos y, pálida,

nos diera algunas sugerencias

hacia Asier, quien había perdido su sonrisa y miraba hacia adelante con una mirada profunda e indescifrable, como si estuviera mirando a Cecilia o quizás

luego miró hacia Cecilia, diciendo: “Señorita, tómese su tiempo. Cualquier comentario me lo puede mandar por mensaje, ahora realmente me

se dio la vuelta para

dijo Ramiro levantándose y siguiendo a Elia.

silla de ruedas, apretó el puño, emanando una aura fría y

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Capítulo 1495