Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 1594

Asier habló con una firmeza que no admitía réplica.

Elia, sin poder evitarlo, levantó la vista hacia Asier. No sabía por qué, pero al escuchar esas palabras, sintió un alivio inmenso en su corazón.

Cecilia sintió un peso en el alma, un malestar insoportable y una sensación de humillación.

Su madre había intentado, por su bien, frente a Elia, hacer que Asier reconociera que ella era su prometida, para que Elia moderara su comportamiento y supiera quién era la verdadera señora de la familia Griera.

Era un plan perfecto, que servía para obtener una respuesta de Asier y al mismo tiempo, darle una lección a Elia.

¿Quién iba a imaginar que Asier diría que la decisión de Benjamin no era su voluntad?

¿Qué quería decir Asier? ¿Qué no quería casarse con ella?

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Cecilia respiraba con dificultad, entre la angustia, la ira y la pena, pero sin poder estallar. Belén también se quedó perpleja tras el rechazo. Justo cuando iba a hablar, la puerta del cuarto de urgencias se abrió, y todos dirigieron su atención hacia allí.g2

bata blanca salió, y Elia se dispuso a acercarse para preguntar, pero Belén y Cecilia se adelantaron hasta el médico.

mi papá?”

esposo está bien?”

preguntaron al mismo tiempo con

mirando al médico con una

frente al médico, no había un lugar para ella, y tampoco tenía ninguna posición para preocuparse abiertamente

era una hija ilegítima, que había ido a comer con la familia Guzmán un par de veces. y a quien Maximiliano había visitado ocasionalmente.

hasta el médico, ¿qué palabras de

que Maximiliano era su padre? Ni siquiera lo había llamado

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Capitulo 1594

quedó inmóvil, observando a Elia con una mirada profunda. Su expresión de querer hablar pero sintiéndose inferior

habia encontrado a su padre, tenía que actuar con

que valerse por sí misma desde pequeña, sin el amor de un padre y con una

de los padres desde pequeño, Asier entendía especialmente los sentimientos de Elia. Y precisamente porque entendia y compartía su dolor,

Cecilia: “La operación fue un éxito, el paciente está fuera de peligro y

soltó un suspiro de alivio y su tensión se disipó.

una y otra vez: “Gracias, doctor,