Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 1704

Asier vestía un traje negro hecho a mano, exudaba elegancia y autoridad sin un indicio de enojo, su rostro era como tallado en jade, con una presencia regia y una belleza que deslumbraba.

Estaba sentado en una silla de ruedas, empujada por una mujer de aspecto inteligente y elegante: ¡Cecilia!

Rodeados por un grupo de personas, avanzaban con un ritmo tranquilo y seguro.

El anfitrión del evento se inclinaba y sonreía a su lado, lanzando cumplidos y buscando su favor.

“Sr. Griera, han pasado muchos años desde que se retiró. Sin usted, el mundo de los negocios ha perdido a su lider. Nadie puede igualar su presencia. Ahora, su la unión con la Familia Guzmán representa una alianza poderosa. De ahora en adelante, usted y la Familia Guzmán dominarán el panorama empresarial.”

Asier no respondió, su mirada profunda se fijaba en el horizonte.

El anfitrión continuaba adulando: “La señorita Guzmán es inteligente y elegante, hermosa y generosa, ninguna heredera de buena familia puede compararse con ella, es la compañera perfecta para el Sr. Griera.”

Cecilia sonreía y asentia al anfitrión, disfrutando de las palabras que tanto le gustaba escuchar.

lo creía así, nadie más que ella podia ser la

estatus como en belleza, era la única candidata para acompañarlo.

del anfitrión. Todos sabían que Asier y Cecilia estaban comprometidos. El anfitrión los había descrito como la pareja ideal, Cecilia sonrió al confirmarlo,

tanto tiempo, Elia pensaba

silencio significaba consentimiento.

aceptaba su compromiso con Cecilia sin más. Los hombres, siempre ponen

tenía un punto de entrada para regresar. Si quería alcanzar una

Grupo Guzmán era casándose con Cecilia. Maximiliano Guzmán habia dicho que si Asier se casaba con Cecilia, todo el Grupo

con Cecilia cuando se sentía poderoso y no veía la necesidad de dar ese paso. Ahora, para recuperar su posición,

juego en el campo del

oprimido, como si una mano lo apretara, dificultando su respiración con un

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Capitulo 1704

emocionó y vaciló. Estuvo a punto de confesar que también le gustaba.

afortunadamente, no habla dicho esas palabras. De lo contrario, no habría vuelta