Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 1734

¿Cómo iba Orson a obedecer a Marisa? Finalmente había conseguido su cédula de identidad y, al cruzar esa puerta, podría casarse con Jimena y empezar su propia familia, viviendo felizmente con su esposa e hijos.

Orson pasó de caminar rápido a correr, con un corazón lleno de nerviosismo y emoción. Si tuviera alas, volaría de inmediato hacia Jimena, la tomaría de la mano y juntos irían a

formalizar su unión.

“¡Maldito niño, a dónde crees que vas!” Marisa vio a Orson corriendo y, en un ataque de pánico,

salió tras él.

Orson no miró atrás, sus piernas largas y rápidas lo llevaban hacia la salida. Una vez fuera, tendría su propio mundo, libre de las órdenes de Marisa.

Al ver que no podía alcanzarlo, Marisa gritó al mayordomo que barría la entrada: “Cierra la puerta, no dejes que Orson se escape!”

la que le pagaba su salario. Al escuchar la orden, inmediatamente dejó la escoba y cerró la puerta con

haces, apártate!” Orson llegó a la puerta, apartó a la empleada y

cuando estaba a punto de salir, le arrebataron la cédula de su mano.

pero Marisa escondió la cédula detrás de ella, retrocediendo varios pasos para evitar la mano extendida de Orson, y entre jadeos le dijo: “¡Orson, detente o romperé

y dijo con enojo: “Es

con una vena latiendo en su cuello, miró fijamente a

Orson se tornó aún más oscuro y furioso: “Ya que

mano hacia

sospechado el motivo por el cual Orson había tomado la cédula, al escuchar

herencia y el control del Grupo Salcedo,

a ella, desafiaba sus deseos.

su juventud y falta de moderación, pero esta vez, él estaba planeando casarse con Jimena en secreto, sin decírselo ni a ella ni a nadie en

tristeza y enojo le dijo a Orson: “Desde tiempos inmemoriales, el matrimonio ha requerido la aprobación de los padres de

demasiado!”