Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 1763

“Uhm. Antes de que Elia pudiera reaccionar, se quedó sin aliento, sorprendida al principio, pero luego su cuerpo se relajo y correspondió al beso.

Asier sostenia la nuca de Ella, profundizando el beso, saboreando la dulzura de sus labios, esa dulzura que tanto habla extrañado y que lo volvia loco.

Orson primero llevó a Floria al consultorio del Dr. Diaz, y después condujo a Jimena a su casa.

En el camino, Orson no pudo esperar para hablar con Jimena sobre los asuntos importantes de la vida.

“Jimena, Ella y Asier ya volvieron a casa, ¿cuándo vamos a casamos?”

Orson preguntó a Jimena mientras conducía, buscando un momento para hablar.

*Conduce bien tu carro, ¿no fue suficiente con lo que pasó en el último accidente?” Jimena se cruzó de brazos en el asiento trasero y le lanzó una mirada a Orson.

“Está bien, hablaremos en casa.” Orson, como un corderito obediente, acató las palabras de Jimena.g2

El resto del camino transcurrió en silencio.

Orson conducía tranquilamente.

carro se detuvo en el estacionamiento de Islas Verdes

bajó primero y caminó rápidamente hacia el edificio, Orson cerró rápidamente la puerta del carro y siguió a Jimena. Caminando detrás de

Jimena todavía no habia superado la decepción y la molestia

preocupó: “Jimena, ¿cómo puedes decir eso? Dijiste que si le contaba a mis padres y los convencía, iríamos a registramos.”

soltó una risa y dijo: “Tu madre me lo

madre me lo prometió, por lo mismo luché para recuperar mis documentos de identidad que estaban.

te lo prometió, casate con ella. Con esas palabras, Jimena dejó a

y te deje casarse conmigo.” Orson se agarró de la mano

fuerza y le dijo con

cuando llegó el ascensor, Jimena

de cerca: “Pues me he encaprichado contigo, y

la siguió justo cuando Jimena cerraba la puerta, casi golpeándolo. Él sostuvo la puerta ablerta con una mano, la empujó, entró con naturalidad y extendió la mano hacia

qué quieres mi

madre y decirle que estás siendo terca. Después de que recuperé los documentos de identidad con tanto

ver quién tiene la cara tan dura y además es terca. La voz sonriente

y vieron a Jacinta acercándose con un delantal y una sonrisa en

rostro.