Capítulo 1838

La persona que tenia delante no era otra que Priscila Guzmán, la que se habla desaparecido hace tiempo.

Al reconocer a Priscila, Jimena mird con detenimiento al niño que llevaba en brazos. Era el mismo pequeño que hablan visto en la oficina del registro civil cuando ella y Orson Salcedo iban a casarse.

Antes, el niño no lloraba, sus grandes ojos llenos de inocencia la observaban con curiosidad, esos ojos tan limpios y similares a los de Orson.

En el primer encuentro con el pequeño, el corazón de Jimena se estremeció.

Ahora, al ver de nuevo al niño, Jimena sentia más que sorpresa, un torbellino de emociones recorria su interior.

El pequeño estaba llorando a gritos, con lágrimas del tamaño de quisantes rodando por sus mejillas, y en su frente, se habla formado un gran chichón

Claramente, había sido golpeado por ella hace un momento.

Jimena, sorprendida de encontrarse con Priscila y al ver el chichón en la frente del niño, dejó de lado cualquier rencor y se apresuró a atender al pequeño: “Amiguito, ¿cómo te sientes, tienes mareos?”

sorprendió por un instantes, pero cuando vio la preocupación por el niño en el rostro

al ver el chichón en su frente, su expresión se tornó feroz y acusadora hacia Jimena: “Mira lo que has hecho, has hendo a mi hijo! ¿Como

Jimena con un

niño con el otro, mostrando su

su enfado

niño, y sin

una actitud concladora, Jimena le dijo a Priscila: “Vamos, llevemos al niño al hospital para que lo revisen. No te preocupes, yo me haré

trataba de un niño con un gran chichón en la frente. El problema podria ser mayor o menor, pero sería grave si le había

y se dirigió hacia la

¡Voy a llamar a Orson ahora mismo

la mano de Priscila, dijo con

alguien más, lo que la llevó a chocar accidentalmente con la

intencionalmente al niño, y que tenía un corazón venenoso que no

ver hasta que punto podía Priscila distorsionar

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