Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 1844

Orson tenia una expresión sena y fria, echó un vistazo a Jason. El niño, aunque era lindo, parecia muy timido y asustadizo, como si realmente tuviera poco valor, hasta podría decirse que parecía autista.

Comparado con Adora y Fred, que eran alegres y encantadores, era como si fueran de mundos diferentes.

¡Priscila definitivamente estaba tocando un punto sensible en la familia Salcedo!

Como era de esperar, Marisa, después de escuchar eso, se sintió culpable y molesta, miró a Orson y le dijo con una voz suave y reconfortante: “Orson, esto es tu culpa, como padre no has dado amor suficiente, tendrás que compensarlo en el futuro.”

La cara de Orson se oscureció de inmediato y dijo con enojo: “Todo es culpa de Priscila! Primero, ¡yo no le dije que tuviera al niño! Si hubiera sabido que estaba embarazada, ¡nunca le habría permitido tenerlo! Además, jella no merece ser madre, una madre que no ama a su hijo, no tiene porqué tener uno!”

Dicho esto y sin prestar atención a la sorpresa de Marisa y Priscila, se dio la vuelta y se fue.

Los dos hijos de Jimena, que también habían crecido sin la compañía de un padre, se habían criado muy bien: eran alegres y encantadores, y cuando lo veian, le llamaban dulcemente “papi“.

allegres eran como un remedio para calmar la irritación de su corazón.

no haber estado con ellos, tampoco usó a los niños como una herramienta

cambio, miren a

reacción no era la seguridad del niño,

tímido y ella en vez de decir cómo debía acompañarlo, lo primero que hizo fue acusarlo de carecer

del niño para forzarlo a casarse con ella y darle al niño una familia

el siguiente paso de Priscila sería exactamente

tenido suficiente de ser chantajeado por

para forzarlo a comprometerse con ella, incluso intervino en su trabajo

ella, que habia ascendido gracias a la familia Guzmán, que tenia que hacer las cosas a su manera,

humillación de ser pisoteado, esa rabia de

importa cómo Priscila lo chantajee,

al mundo por el capricho de Priscila, y ella deberia asumir las consecuencias. Si su madre quiere cuidarlo, él no interferirá Solo que

y le grito: ‘Hijo, cómo puedes hacer esto,