Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 1857

El lujoso Lincoln negro se acercó majestuosamente, la puerta se abrió y el escalón automático descendió. Asier, vestido en un traje negro elegante, bajó en silla de ruedas

Aunque se encontraba sentado, el súra de nobleza y distanciamiento que desprendía seguía siendo intimidante.

Al ver que Asier había llegado, Bruno se apresuro a recibirlo, diciendo con respeto: “Sr. Griera, todos lo esperan en la sala de juntas. En esta ocasión, fue el Sr. López quien insistió en su participación en la asamblea de accionistas.”

López era un personaje veterano del departamento financiero del Grupo Griera, director del mismo.

Nadie sabia mejor que López si la compañia estaba perdiendo dinero a generando ganancias.

En ese momento, la oficina presidencial estaba en un caos total.

Pascual tiró un montón de documentos al suelo, furioso y respirando con dificultad: “¿Cree Asier que vendiendo unas joyas va a lograr que la compañía pase de pérdidas a ganancias? ¡Estas cuentas tienen que ser falsas!”

gacha y temblando: “Las cuentas han sido enviadas por López, el director financiero. Todos los números pasan por

vaso de agua sobre la mesa y poniéndose de pie, meldijo: “Incompetentes, no son capaces de hacer nada bien! Les ordené que arruinaran la reputación de Elia, para que desapareciera del

cada vez más enojado, con los ojos inyectados en sangre.

ella se había convertido en una diseñadora de joyas reconocida en todos los hogares. ¡La gente se

proyecto moribundo en manos de Asier, pero luego de este revuelo, se convirtió en un proyecto codiciado,

comenzaron a cortejarlo, e incluso lo invitaron a una reunión de accionistas de alto nivel, ja pesar de ser un hombre común!

dio cuenta de que su posición estaba

de salud. Si no podía asegurar un futuro para el niño, temia

de Pascual, retrocedió varios pasos, temblando como un flan, y bajó la cabeza, sin atrever

tocó a la puerta y entró, diciendo de manera educada y respetuosa: “Sr. Griera, la reunión está a punto

55 20 25

y preguntó con voz grave:

subiendo por el ascensor, llegará en cualquier momento a la sala de juntas.” “Que espere en la sala de juntas, tengo unos documentos que firmat. Después de firmarlos iré a la reunion!” Pascual

había lugar para la negociación,