Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado

“¡Ay, qué dolor!”

“¡No te puedes escapar!”

“¡Ya no quiero más, no quiero seguir! ¡Ay…!”

Capítulo 1

Violeta Alonso abrió los ojos, un dolor desconocido en su cuerpo la hizo darse cuenta de que no estaba soñando.

Se encontraba en una suite de hotel, la luz de la mañana se filtraba por la ventana iluminando la alfombra y la cama toda desordenada. Sus ropas estaban esparcidas por el suelo.

¡Anoche había llevado a un hombre a la cama!

Violeta, sosteniendo su cabeza, trató de recordar lo que había pasado.

Había estado trabajando de medio tiempo en un club subterráneo, se encargaba de vender bebidas a los clientes.

Un cliente persistente con malas intenciones insistió en que bebiera con él antes de pagar la cuenta.

Después de beber, se dio cuenta de que algo estaba mal con la bebida.

Logró escapar con dificultad, y en su desesperación, se metió en una habitación vacía.

Después, su memoria se puso borrosa…

puerta del baño se

cuenta de que había otra persona en la habitación.

rápidamente se cubrió con la manta.

tenía la figura alta y fuerte, sus rasgos eran firmes, pero no

alrededor de su cintura, su torso estaba desnudo, con pectorales bien formados y abdominales visibles. El agua goteaba

mirada avergonzada, y luego

la bebida drogada, su primera vez había sido arrebatada por este extraño, ¡y había sido una

se acercó y abrió la

lo encendió y, girando la cabeza, la miró de reojo mientras fumaba. “¿Qué miras, quieres hacerlo de nuevo?”

¡Ni pensarlo!

furiosa en su

perdido su pureza, todo lo

manta, tratando de no revelar demasiado su cuerpo desnudo mientras se levantaba y recogía sus ropas del suelo

estaba parado junto a la ventana. Sacudió las cenizas de su cigarrillo y caminó directamente

retrocedió nerviosa, pero él solo se inclinó para recoger su billetera del suelo.

y los arrojó casualmente en

entusiasmada anoche, yo también la pasé bien. Aquí tienes veinte

la mirada los dos

suma grande de dinero, pero era suficiente para cubrir los

la

y serenos. Cuando sus miradas se encontraron, el tono frio y

obvio.