Capítulo 33

Cuando Violeta se bajó del autobús, entró al barrio rico.

Cada vez que venía aquí se sentia oprimida, las mansiones alrededor eran inalcanzables para ella.

Sin embargo, hasta los 8 años, ella también vivía ahi, paseando en bicicleta por esa calle privada, y al voltear podía ver la sonrisa de su madre, pero ahora parecian recuerdos lejanos….

Desgraciada, no esperes sacar un centavo de mi en el futuro!”

La voz furiosa de Francisco todavía resonaba en sus oídos, el dolor de la bofetada en su rostro todavía persistía.

Pero la operación de su abuela requería mucho dinero, por lo que no tuvo más remedio que ir a casa de su padre para pedirle más dinero.

Violeta miró a la mansión frente a ella, como siempre, respiró profundamente y caminó hacia ella a través del patio.

Pero antes de entrar al vestíbulo, fue detenida por Luisa en la entrada. “Señorita, ¿necesita algo?”

“He venido a ver a mi papá.” Violeta respondió.

“Qué mala suerte, el señor no está en casa.”

“No importa, puedo esperar.”

El señor dio órdenes específicas de que usted no podía

era inflexible, sin

los dientes, se dio la vuelta, pero

volvió a entrar

del verano, era mediodía y el sol era muy fuerte.

podía aguantar de

constantemente.

un motor de coche

y vio un descapotable rojo entrar

de la mansión, y había dos marcas de neumáticos en

la vio rápidamente, y

a ella con tacones altos. “Violeta, ¿has

nuevo?”

le respondió.

está en casa?” Estela

él.” Dijo Violeta.

los brazos, manteniendo una actitud condescendiente. “Es el cumpleaños de mi madre, y mi padre se ha tomado

a Francisco varias veces, pero siempre

muy necesitada de dinero?” Estela captó la decepción y la ansiedad en su rostro, y comenzó a tramar algo. “Bueno, si me

la interrumpió de inmediato: “¡No es necesario!”

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