Capítulo 83

Julián acompaño a Violeta fuera del club nocturno.

El viento nocturno les dio en la cara al salir, pero Violeta se recostó aún más en él, con los ojos cerrados y las pestañas temblando ligeramente bajo las luces de neon. Su rostro tenia un rubor anormal.

Julian la llamó un par de veces, pero ella no respondió, sólo sus manos segulan apretándose fuertemente en puños. Julián frunció el ceño, pensando que el alcohol comenzaba a hacerle efecto.

Aceleró el paso y llegó al coche estacionado. Abrió la puerta del copiloto y la coloco cuidadosamente en el asiento. Mientras le ponia el cinturón de seguridad, escuchó un ruido de algo raspándose

Al volverse, descubrió que la parte trasera del coche habia sido golpeada.

Un hombre ejoven, vestido con traje y corbata, bajo de un Bentley. Se vela como un ejecutivo de alto rango. Con una expresión de disculpa, dijo: “Perdón señor, raspé su coche al retroceder”.

Por lo que Julián tuvo que ir a revisar el daño. No era grave, sólo había rasguñado un poco la pintura.

Después de tomar fotos para el seguro, volvió a la parte delantera del coche, pero Violeta ya no estaba.

Rafael piso el aceleradora fondo, las luces de neon volaban a ambos lados

Violeta, atada por el cinturón de seguridad en el asiento del copiloto, se recostaba a su cuerpo

Cada vez que el intentaba alejarla, ella se acercaba aún más. Se aferraba a su brazo, restregaba su cara contra su chaqueta y parecia estar perdiendo la conciencia

La rabia de Rafael crecia al pensar que si él no hubiera llegado al club, ella se habría ido con Julián.

El teléfono en su bolso vibraba constantemente. Al ver que era Julián quien la llamaba, Rafael le colgó con un resoplido frio

Le echó un vistazo a Violeta y le envió un mensaje a Julián,

momento, Violeta parecia tener fiebre y se recostaba aún más en él para aliviar

blancos apretados contra el volante, condujo el

el auto en la entrada del hotel, sacó a Violeta del coche y le entregó las llaves al conserje.

Violeta a la cama. Ella se acurrucó como un camarón y cuando se arrodillo junto a ella, ella se recostó en

murmuro, Julián, me siento muy

preguntó Rafael, con un tono

no respondió, como si no lo hubiera

el puño. Luego, agarró la barbilla de Violeta con los dedos y preguntó, “Violeta, te estoy preguntando, ¿quién soy yo?”

No podia distinguir quién era el

que pudiera hablarle de esa

su ceño

brazos como una gatita,

siempre se había comportado de una forma muy

nada, pero ahora era diferente, podía excitar todos

de Rafael subia y bajaba con su

susurró al

de paz en toda la noche.

siguiente.

plemas, y las marcas moradas y

con confusión. Las imagenes difusas de la noche anterior comenzaban a invadir su mente. No era la primera vez que experimentaba algo asi, y su entorno

luz no estaban cerradas, sólo habia una gasa blanca, y

la mañana la iluminaba

cintura, su figura

cuando salió del club con Julián la

la mirada, su voz

fuera el que se la hubiera llevado a la cama. Pero ahora estaba con Rafael, si algo pasaba con Julian bajo estas circunstancias, no sabia

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