Capítulo 99

Refael, con la mirada perdida, murmurd, “No pasa nada!”

Violeta sintió un escalofrio recorriendo su espalda.

Aparentemente, él estaba bien cuando hablaron por teléfono. Pero ahora, su rostro estaba tenso, con sus cejas y las comisuras de los labios apretadas, mostraba una verdadera póker face.

Violeta no tenia ni idea de cómo habla logrado enfurecer a Rafael.

El aire frio circulaba en el interior del auto, y parecia que solo aumentaba. Ni el conductor ni Raul se atrevían a respirar, y nadie decia ni una palabra.

Por eso, cuando el auto se detuvo repentinamente en un semáforo, el sonido de las bolsas de compras de Violeta, que se movian debido a la inercia, sono especialmente claro,

Al sentir la mirada helada de Rafael, Violeta trago saliva.

Con sumo cuidado, movio sus bolsas de compras del asiento al suelo.

Al ver las bolsas, Rafael frunció el ceño. ¿Has ido de compras?”

“Um… Violeta asintió.

¿Has comprado mucho? preguntó Rafael, su tono de voz era frio como el hielo.

“Bueno principalmente estaba ayudando a mi amiga a comprar regalos para su familia, respondió Violeta, mirando su rostro y respondiendo con cautela.

Al escuchar esto, Rafael se rio friamente, su mirada se volvió aún más helada, “Ah, entonces qué compraste para tu amante secreto?”

¿Eres tú mi amante secreto?

Violeta mordió su labio con timidez, preguntándole con debilidad

Finalmente entendió de donde venia el enojo de Rafael.

Al escuchar esto, Rafael se quedó atónito.

El cielo oscuro de repente se volvió claro. Su rostro, que antes estaba tenso, ahora se relajó de manera casi cómica, Para mi?

“Um.. Violeta asintió.

Dámelo! Rafael extendió su mano.

explicarle con torpeza, “Mi amiga estaba comprando regalos para su familia, y habia una oferta de

Rafael ya

de compras y la estaba examinando con su mirada intensa y profunda, el cuello blanco y nitido reflejado en sus ojos oscuros.

levantó la cabeza y ordenó, “Raúl, para en un centro comercial

Raúl le respondió

se detuvo en un

la bolsa de compras en una mano y tirando de

incliné la cabeza cuando abrió la puerta giratoria. Violeta, que no podia mantener el ritmo,

sus cambios de

destino en

habia señales de

pared.

y se lo pasó a Violeta, Espérame

la bolsa de compras, deshaciéndose de su corbata en el camino. Claramente, no entró para aliviar una necesidad fisiológica, sino

¿No podia simplemente cambiarse

por una notificación, y ella

oyo el sonido de unos tacones altos proveniente del baño de mujeres. Antes de que

era, sintio que

desprecio, sacudiendose el polvo de su ropa, “¡Qué

vez que se encontraron en el club, Estela habia sido amable con ella y la llamo hermana. Definitivamente,

te empujó, asi que no hace falta que te disculpes, respondió Violeta, arreglándose la ropa *¿Crees que te voy a pedir disculpas? ¡Sique soñando! Primero mirate quien eres y luego pregúntate si eres digna de recibir disculpas de mi parte”, respondió Estela, pisando fuerte con sus tacones. Parecia tener prisa y no se quedó a discutir, pero antes de irse, señaló a Violeta con

con arrogancia y se quedó

parecia tener un

pudo evitar relacionarlo con la extraña actitud de Estela esa noche en el club…

“¿Qué estaba sucediendo?

mi cabeza, era una voz serena y

acababa de salir. Se habia quitado la camisa y corbata que llevaba y se había puesto la

robusta, con proporciones de

siguió su mirada hacia Estela, Estela?”

“Si. Asintió Violeta.

molestar?” Frunció el ceño

la cabeza, luego hizo una pausa, “Pero…”

de lo que decía. Creo que la última vez que estaba en el club, alguien me drogó

Rafael frunció el

la puerta y Violeta se sentó junto a él, ignorando a Estela como si fuera un incidente menor

desde el cuello hasta el dobladillo

pecho eran muy adecuados, la camia no se veia ni tan estirada ni tan grande

movimientos.

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