Capítulo 215

“¿Vas a venir conmigo?” Rafael se sorprendió.

“Mmm Violeta evitaba su mirada.

Rafael arqueó una ceja, no dijo nada, y cuando salió, la llevó con él.

En el edificio de oficinas, todos eran empleados con sus credenciales colgadas al cuello Violeta siguió a Rafael hasta la azotea, la acomodó en un sofá, le dio un par de libros para que se distrajera, y luego se concentro en su trabajo en el escritorio

Pasadas las nueve, alguien tocó a la puerta de la oficina.

La que entró fue la joven secretaria de la noche anterior, vestida formalmente. Al entrar se sorprendió al ver a

Violeta.

Violeta se enderezo un poco, mordiendose el labio

La noche anterior, después de que la secretaria se fue, Violeta se sintió inquieta, imaginando esas escenas comunes de los dramas de televisión. El exitoso jefe y su joven y hermosa secretaria, con sus insinuaciones

en la oficina

Adivinó algo de eso.

La secretaria, en efecto, tenia cierta admiración por Rafael. Después de todo, él era joven y exitoso, y su reciente traslado a la ciudad habia causado un gran revuelo en la empresa, especialmente entre las mujeres. Y la secretaria, recién graduada y nueva en el trabajo, era aún más propensa a admirarlo.

Había observado que desde su llegada a la Ciudad Céspez, Rafael iba y venía del trabajo solo, excepto por lo que había ocurrido en la oficina la semana pasada.

La secretaria no pensó mucho en ello, sino que lo interpretó como una señal de que él también necesitaba una mujer en su vida privada. Pensó que, si se esforzaba, también podría tener una oportunidad. Por eso, habia surgido la escena de la noche anterior, en la que golpeó a la puerta y le llevó sopa de pollo. Pero quién lo habría imaginado…

“Señor Castillo, estos documentos necesitan su revisión y firma.”

La secretaria entregó los documentos que llevaba y preguntó: “¿Quiere café negro? ¡Se lo preparo en un rato!”

“Uh, yo lo prepararé.”

Una voz femenina la interrumpió de repente.

Ambos miraron hacia Violeta, quien estaba tan incomoda que sólo pudo mantener la mirada y decir: “A el le gusta el café que preparo, todos los dias lo toma…”

Se mordió el labio, conteniendo el aliento nerviosamente.

oscuros. Cuando ella estaba a punto de sudar de nervios,

se sintió aliviada y se dirigió a la sala

volvió con el café, la secretaria estaba a punto de salir

firmados

en el escritorio y la

confundida, y vio a Violeta acercarse con

tu pozuelo,

la secretaria, recogió su pozuelo

la puerta de la oficina y

12.10

su taza de café, pero sin beber, mirándola como antes, con una

bajo su mirada. ¿Por qué me estás mirando

aprendido a proteger

como si

y cuando volvió al sofá, vio que él había dejado su pluma

Señor Castillo

voz reverente

vistazo y sonrió. ¿Es el director de recursos humanos? Ven

puerta de la oficina se

director de recursos humanos acababa de irse,

s otra vez.

llamando a un cachorro. Ella frunció el ceño, reacia a acercarse, pero su c

hacia él. Pasó por su escritorio y él la hacia el en

atrajo

Rafael le preguntó, arqueando

ella había escuchado cómo le pedia que

No entiendo lo que estás

Rafael la regaño.

Ella se

abrió sus labios delgados y

protesta fue silenciada por un

siempre pasa rapido cuando los

y cerrar de

fueron a

fuera del vecindario.

con muchas bolsas de la compra en las manos de Rafael. El brillo del atardecer iluminó el cielo. Caminaron bajo este resplandor, con sus sombras alargándose en el

sus pasos resonaba en el suelo cuando Rafael de repente

quedó perpleja y dirigio la mirada

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