Capítulo 237

Durante el fin de semana.

Después de colgar el teléfone, Violeta volvió a su habitación y abrio el armario.

Una vez vestida, se adentro en el baño y se peinó frente al espejo, recogiendo su cabello en una coleta. Se asusto cuando se dio vuelta y vio a Rafael apoyado en el umbral de la puerta, mirándola con sus ojos oscuros y profundos.

A dónde vas?”

Violeta parpadeo inocentemente y dijo. “Eh, ya te lo dije anoche, no es así? Julián ha vuelto, hoy tengo que encontrarme con él para cenar, tú mismo aceptaste…

En realidad, Julian habia llegado en un vuelo la noche anterior Elias le habia llamado para recogerlo en el aeropuerto, pero ella había usado una excusa. Aún sentía recelos por su experiencia pasada, y habia pedido su permiso para la cita de hoy con anticipación.

“¿Necesitas cambiar de ropa solo para cenar? Rafael miro con desden

Violeta se sintio impotente y dijo. ¿Quieres que vaya en pijama?”

La mirada de Rafael barria su rostro como un radar, luego dijo: ¿Te maquillaste especialmente solo para él?”

Violeta miró desconcertada el espejo y no supo que responder.

Se reflejaba una cara sin maquillaje, sin más que productos para el cuidado de la piel. Sus labios estaban un poco secos debido al invierno, por lo que se había aplicado un poco de bálsamo labial transparente. Si eso tambien cuenta como maquillaje….

Sacó un pañuelo de una caja y silenciosamente se quitó el bálsamo.

Una vez puesta la chaqueta, Violeta estaba lista para salir. Mientras se dirigia a la entrada, miró hacia atrás a los ojos oscuros que seguian observándola, y preguntó con indecisión, ¿0 tal vez… quieres venir conmigo?”

“No voy!” Rafael rechazó con voz grave, ¡Tengo planes hoy!”

“Está bien. Violeta asintió.

Respiró aliviada, temiendo que él aceptara. ¿Cómo iba a cenar entonces?

¿Entonces me voy?”

cautela hacia el interior y dijo: “¿De verdad

ninguna respuesta, salió por la

pero resultó que Julián tenia planes de cocinar en casa El apartamento donde vivía

Elias llegaba con una

enteró de la relación entre Elias y Rafael en Casa Castillo, que

volvio una constante.

estaban en la mesa. Violeta y Elias ayudaron con las tareas menores,

había sido buena, y el

habla traído se abrió, y antes de que terminaran de cenar, ya estaba vacia leta no habia probado ni un sorbo, y Julián tampoco habia bebido

ultima copa, se echó en el sofá en una postura desordenada, pareciendo

betracho

y

ha sido bastante bajo últimamente.” Julián hizo un

mano

colgante de su collar, recordando lo que significaba, asintió

la mesa,

con Rafael y mencionó que tenía una prometida, no habían vuelto a contactarse. Sin duda, él preguntaría sobre la relación entre ellos,

miró con su rostro serio pero cálido, tomó la iniciativa para hablar, “Elias

mordió su labio.

esperaba que él rechazara el compromiso. Me sorprendió.”

no dijo nada, ella tampoco lo esperaba.

alta sociedad, las mujeres siempre son sacrificadas por los hombres. El amor es muy pequeño en la vida, especialmente para personas como Rafael. Espero que puedas mantener la

frunció el ceño y simplemente dijo, “Yo confio

el sol comenzó a ponerse, Violeta bajo

lo que no permitió que nadie la

Range Rover blanco estacionado debajo de su edificio, se sorprendió un poco,

al abrir la puerta, vio un par de zapatos de hombre brillantes en el zapatero. El

dioses, la capa superior del aire. estaba llena de humo blanco, y no

sentado en el sofá, se tensó al oír

cigarro en su mano, tomó un periódico cercano

era como si hubiera algo muy

su bolso y lo miró con sorpresa. ¿No dijiste que tenías planes para hoy? ¿Por qué volviste

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