Capítulo 312

Tuvo un momento de duda, pero después de un par de segundos, decidió no contestar.

Zeus mantenía su sonrisa al otro lado de la mesa, siempre mostrando su cortesía, y nunca preguntaba nada que no sea necesario, simplemente hojeaba el menú.

Violeta silencio su teléfono, hasta que la pantalla se apagó.

Cuando estaba a punto de volver a guardarlo en su bolso, volvió a encenderse, pero esta vez no era Rafael quien llamaba, sino Catalina. Frunció el ceño y después de sopesar la situación, decidió contestar: “Hola, tía

“Violeta, ¿estás en casa? ¿Puedo ir a verte?” la voz risueña de Catalina sonó.

“No, estoy afuera… respondió Violeta.

“Perfecto, ¿quieres que cenamos juntas? Catalina le preguntó de nuevo.

“No, gracias… Violeta miró al otro lado de la mesa y explicó, “Tengo planes con un amigo, ¡ya estamos cenando de hecho!”

“¿Dónde están comiendo?” Catalina preguntó de forma casual.

Violeta respondió con honestidad: “Estamos justo enfrente del restaurante al que fuimos antes…”

Después de escuchar eso, Catalina no dijo nada más. “Entiendo, ¡disfruta tu cena!”

Después de colgar, Zeus sonrió y dijo: “Acabo de pedir dos platos especialidades de este lugar. Violeta, has vivido aqui durante muchos años, ¿qué nos recomiendas?”

“¡Déjame ver!” Violeta asintió, tomó el menú y también pidió dos platos.

Una vez que cerró el menú, Zeus le sirvió un vaso de agua. A diferencia de su seriedad anterior, esa vez parecia estar bromeando. “Siempre hablas de lo delicioso que es la comida de Costa de Rosa, ¡hoy la cena la pagas

tú!”

Violeta se rio y dijo: “¡No hay problema!”

Al ver que ella lo miraba, Zeus preguntó: “¿Por qué me estás mirando todo el tiempo?”

parecen mucho, cuando se ponen la bata blanca o discuten sobre un

gusta más?’ preguntó Zeus, como si no

hombros y

su risa llegó hasta sus ojos detrás de

ella lo llevara a

caja, Violeta intentó pagar, pero fue detenida, “¿No habíamos acordado que

insistió. “¡No es de caballeros dejar que una dama

y lo dejó que pagase.

Violeta!”

sonó una voz femenina familiar.

se volvió y vio a Catalina caminando campantemente con su bolso, “Le recomendé a Rafael dos clientes extranjeros, acabo de terminar la reunión y vine a cenar,

Caputo 312

Coincidencia? No parecía.

hora, le había dicho en qué restaurante

un traje negro a medida, con las manos en los bolsillos. Por su vestimenta y los dos

Zeus, que ya habia pagado, se acercó a ella. Catalina también lo notó y se apresuró en decir: “Violeta, ¿quién es

cuando vivia en el extranjero presentó Violeta.

es mi tarjeta Zeus sacó una tarjeta de su

perezosamente: “Violeta, no es de extrañar que rechazaras cuando te sugeri

de que terminó de hablar,

irse con Zeus. Dijo a Catalina: “Tia, tenemos que imos, jhasta luego!”

de que una mirada seguía

que estaba a su lado, no pudo evitar

río. A esa hora, había mucha gente alli. Las luces de la otra orilla eran deslumbrantes. El viento del rio era fresco y agradable. Después de caminar durante casi una hora y

en que podía volver sola, pero Zeus, como buen

el edificio de departamentos. Violeta, viendo a Zeus bajarse con ella, le devolvió su chaqueta

y agitó su mano.

erguida entrar en el taxi, Violeta sonrió

sino también en la revista donde trabajaba Violeta Muchas chicas estaban enamoradas de él. No. se sabia qué tipo de

curiosidad y se

“¡Ding!”

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