Capítulo 344

Después de regresar a su país, Violeta habia visitado Grupo Castillo dos veces.

Ambas veces acompañó a Aurora, de la revista, y nunca volvió a visitar su oficina. Al entrar en ese momento, la decoración era casi la misma que hacia cuatro años, lo que le dio una sensación surrealista.

Rafael sabia que era ella, pero no levanto la cabeza.

Mantuvo su pluma en la mano sin detenerse mientras decía: “Siéntate, espera un momento, ¡terminaré de revisar este documento!”

“Bien.” Violeta tiró de la silla de enfrente.

Sentado en su escritorio, sus hombros parecían aún más anchos, y los músculos bajo su camisa parecían querer romper sus ataduras

Rafael frunció el ceño ligeramente, mientras se concentraba aún más en su trabajo.

Esa vista le resultaba familiar. Cuando estaban saliendo, si tenía que trabajar horas extras, ella vendría a Grupo Castillo a esperarlo. A menudo lo encontraba escribiendo frenéticamente en su escritorio mientras ella mataba el tiempo esperando pacientemente en el sofá. De vez en cuando, lo miraba a hurtadillas, y su corazón se llenaba de dulzura..

Al darse cuenta de que estaba recordando, Violeta sacudió la cabeza rápidamente.

Una vez que despejó su mente, Rafael, sentado enfrente, levantó la cabeza y la miró fijamente.

Antes de que ella pudiera hablar, Rafael dijo de repente: “Acabo de recordar algo”.

“¿Qué?” Violeta frunció el ceño y preguntó.

Rafael puso su pluma en el escritorio con un ligero golpe y luego sonrió lentamente mientras decía: “Hace un tiempo, cuando perdi la memoria, alguien me drogó, y luego una persona me ayudó a recuperarme con su cuerpo. Si no me equivoco, creo que pasamos toda la noche juntos”.

Violeta apretó los puños.

No esperaba que él volviera a mencionar ese incidente, y de manera tan ambigua, hizo que todos esos recuerdos embarazosos volvieran a su mente, y casi no pudo controlar su respiración.

Rafael entrecerró los ojos y preguntó: “¿Por qué hiciste eso?”

bastante claro aquella vez, no fue gran cosa para mi, y…” Violeta se lamió los labios, se armo de valor para mirarlo a los ojos, y dijo casualmente: “Si no lo hubieras mencionado, lo habría

“Violeta, te estás volviendo cada

estaban casi sudando de nervios, recordó de repente que había venido a verlo por algo

se recostó en su silla y dijo:

que no me fui…” Violeta fue directo al grano, mirándolo fijamente y continuó hablando: “Rafael, el dia que fui a entrevistar a García, tú también estabas alli, ¿es por ti que Garcia cambió de

pregunta, Rafael levantó una ceja,

del hospital, Nono le había llamado a su padre con el teléfono de la

No sólo había ido al hospital para ver a su

Después de su partida, Nono armó un gran alboroto, y casi vuelca la habitación del hospital si

haría que ella se

ceja y sonrió. “Nono todavía no cumple los cuatro años.”

en las palabras de

se quedó sin palabras.

Rafael golpeó su escritorio con un dedo, y de repente, se detuvo. Su tono. cambio de repente. ¿Y que si

principio estaba atrapada en un dilema, se sorprendió al escuchar sus palabras y le preguntó: “Rafael, ¿estás admitiendo?”

lo harías?” Se emocionó

tomar la caja de cigarrillos sobre la mesa, sacó un cigarrillo y lo encendió. No fue hasta que el humo del tabaco se extendió

hacia ella con una mirada profunda y murmuro con su

queria que Violeta se quedase para hacerle compañia a Nono como lo estaba haciendo en ese momento, sino también para vivir con él,

quedó

quedarse, pero nunca se espero que él, ya con su memoria recuperada, le diría algo así de nuevo. Por un momento, se sintió insegura, pero rápidamente recordó que debía evitar

“¡Toc, toc!”

sonido de la puerta interrumpió sus

claramente sorprendido al ver a Violeta

y preguntó: ¿Qué

reportó con cierta vacilación, “La

levantó de la silla de

a paso ligero de la oficina. Cuando estaba a punto de llegar al ascensor, una figura alta

ahi.

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