Capítulo 391

Rafael habia colocado firmemente el anillo de compromiso en su dedo anular, y luego con un gesto amplio, agarró su mano y alzó la taza de café, dándose la vuelta para salir.

Al llegar a la puerta, Rafael se detuvo, “Raúll”

Señor Castillo!” Raúl corrió hacia el inmediatamente.

Rafael lanzó una mirada severa hacia el interior, y le dijo con voz grave y sin expresión en su rostro, “¡Publica una nueva norma de la empresa ahora mismo! No se permiten chismes en la empresa, cualquier Infractor será despedido de inmediato. Asegúrate de que cada empleado reciba este mensaje, ¿entendido?”

¡Si!” Respondió Raúl con un asentimiento de cabeza.

Las mujeres en la sala de descanso se quedaron sin aliento.

No fue hasta que regresó a su oficina que Rafael soltó su mano. Vivi, puedes seguir con tu teléfono en el sofá. Yo me encargaré de los documentos”

Violeta cerró la puerta detrás de él, su mirada se posó en su amplio y fuerte espalda..

Ahora entendía por qué de repente habia querido compartir su café y por qué había insistido en que se quitara el anillo. Todo había sido una estrategia para silenciar a los chismosos.

Violeta también sabía que él lo había hecho a propósito.

Rafael había percibido sus sentimientos, pero no había dicho nada, en su lugar, había silenciado a los demás de la manera más directa posible.

Tocada por su gesto, Violeta no se dirigió al sofá, sino que se acercó a él y le abrazo por la cintura.

“Dulcemente dijo, “Rafael…”

Rafael se detuvo, permitiéndole abrazarlo por un par de segundos antes de girarse con su taza de café en la

mano.

Bajo la mirada hacia ella, sus ojos oscuros estaban fijos en los suyos. No necesitaban decirse nada, el amor que sentían el uno por el otro era evidente. Violeta tembló y, sin poder resistirse, se puso de puntillas para besarlo.

Rafael levantó una ceja en silencio y, cuando ella intentó alejarse, la atrajo hacia él para darle un beso.

silencio llenó la amplia oficina.

puerta, se sintió un poco aturdida por el apasionado beso. Notó que

café se habia derramado en gran

aroma del café llenaba la sala

Violeta se encontró levantada del suelo por Rafael,

Violeta logró murmurar.

ensoñación, su nariz seguia rozando la de ella, su respiración era agitada y profunda. Cerró los ojos,

con voz ronca, “¿Sigues intentando seducirme?”

se defendió

resistirme y te tomaré aquí mismo. Rafael sostenia su rostro con una mano,

Capitulo 391

sonrojo y bajó la

y se dirigió

en el suelo, se apoyó contra la

hacia abajo y notó la tensión en los pantalones de Rafael. Su cara

frustración.

cómo su garganta se movía con dificultad, lo que la impulsó

por Rafael, quien se giró

con deseo. Cuando levantó una ceja, ella volvió a

su taza de café, la tomó por la cintura y la levantó. Al mismo tiempo que cerró la puerta de su oficina, se dirigió con paso firme hacia el sofá, El sofá de cuero era

los tobillos, lo cual facilitó sus movimientos. En un instante, la

erizó de emoción

a sus hombros, y tardó en darse cuenta de algo. “¿Y

firmar!” le anunció Rafael con voz

pensar era en encontrar

un cinturón desabrochándose llenó la oficina, junto con el

el sol ya se

yacía en el sofá, como un pez varado en la orilla, con la boca seca. Rafael le alcanzó su ropa intima y ella se sentó avergonzada, bajando la falda que había

ventana para airear la

en los documentos. Rafael cogió las llaves del coche y se marcharon de la

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