Capítulo 462

Violeta sintió un pellizco en la nariz, pero la curva de sus labios se ampliaba cada vez más.

Ella y él entrelazaron sus manos firmemente, y por fin pudo sentir la solidez de ese apretón. Levantó la mirada hacia esos ojos profundos y serenos, “Rafael, sube a bañarte, quitate todas esas malas vibras. Estoy preparándote unos huevos con tocino, ipara cuando salgas estarán listos!”

La gente mayor siempre decia que después de un mal rato habia que lavarse las malas vibras del cuerpo.

Su tono era el mismo de siempre, como cada vez que lo recibía en casa después del trabajo

Rafael tragó saliva, “Vale”

Nono, al oir movimiento en la sala, bajó comendo de las escaleras con la alegria de quien no ve a su padre hace dias.

“¡Papito!”

Rafael se inclinó y abrazo a su hijo que comia hacia el.

Violeta acarició la mejilla del niño, Canño, ¿te menti alguna vez? Te dije que tu papito volveria, ¿no?”

“S” Nono asintió feliz y risueño.

Raúl, tras cumplir con su deber, no se demoro y se apresuro a volver a la oficina. Lucia, por su parte, no pudo evitar secarse una lágrima discretamente, aunque era más de felicidad que de tristeza

Cuando Rafael salió del baño envuelto en una toalla, Violeta ya había llevado los huevos fritos con tocino al dormitorio, con su aroma

caliente llenando el cuarto

El se acerco y ella le pasó un tenedor.

Rafael no le dijo nada, simplemente se sento a la mesa y empezó a devorar la comida con urgencia

la mano, y lo miraba comer sin

sabia que en ese lugar él no había

tocino, pero lo que más habia extrañado el en esos dias dificiles era la comida que ella le hacia.

últimos trozos de

a recoger los platos, y él la tomó de la mano para sentarla en la cama, y con cuidado le levantó la barbilla, “Ven

solo fue un pequeño golpe…”

en Rio de Janeiro, y aunque no se rompió ningún hueso, era imposible que no tuviera moretones y rasguños, especialmente en la frente. Ella había cambiado el vendaje

la tinta y al ver los cortes en su delicada

las heridas no eran profundas y si sanaban bien, probablemente

en silencio, pero levantó el brazo de Violeta, subiendo la manga

le preguntó en voz baja. ¿Ya

tú pensabas seguir escondiéndomelo?

negó con

era su intención, simplemente no queria preocuparlo justo después de su

añadió que ni siquiera había tenido

le respondió Rafael, esbozando una sonrisa forzada mientras su

en su fiador. Al subirse a! coche, recibió la llamada del abuelo Alves, diciéndole que no

Alves le contó todo lo que habia pasado en Rio de Janeiro en esos dos dias. Aunque solo era un relato y los detalles no eran minuciosos, la idea de que ella había ido a hacer puentismo y habia comido carreras de caballos tan temerariamente hizo que Rafael sintiera un nudo

volvió a casa, ella estaba alli, sana y salva, sin ningun rasguño.

ojos profundos de Rafael recorneron su figura desde la cabeza hacia abajo, como si fuera un escáner, casi desnudándola por

preguntó, ¿Ya te hicieron

de manera evasiva con un

escudnnada por la mirada incrédula de el, supo que había deducido que mentia. Así que, sin

Rafael spreto con fuerza justo en su

agudo, inhalando aire frio con un siseo, y retiró su brazo, quejándose con resentimiento,

mirada, se encontró con la suya, que se mantenia en silencio y

cejas, aún fruncidas, parecían un enigma sin resolver, y tanto su rostro anguloso como su mirada, destilaban una profunda

persuadirlo con dulzura, “Rafael, de verdad estoy bien. Mira, mañana iré al hospital para un chequeo completo, me haré las radiografias y una resonancia magnética Si

de dias.”

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