Capítulo 479

Después de hablar, Sebastián se marchó rápidamente, como si una ráfaga de viento lo hubiera llevado.

Violeta abrió la boca, la cerró y volvió a bajar la vista hacia la lonchera térmica con el caldo fortificante, aún un poco atónita. Tragó saliva y levantó la mirada hacia Rafael. “Esto…”

“Debe haber sido Catalina quien le dijo, le dijo Rafael con el ceño fruncido. “Ayer hablé con ella por teléfono, acababa de regresar a Nueva York y escuchó a unas enfermeras hablando. Le dije que estabas en el hospital, pero no entré en detalles, solo que te sentias un poco mal.”

No mencionó nada sobre la cirugía de trasplante de higado, quería respetar su deseo.

Violeta asintió, entendiendo la situación, y abrazo la fiambrera llena de caldo. No pudo evitar preguntarle, “¿Esto…. Sebastián está tratando de congraciarse conmigo?”

Rafael escuchó y alzó una ceja, soltando un bufido.

Violeta sirvió una taza de caldo y lo llevó a sus labios con ambas manos. Parecía hecho de hueso de res y estaba

cargado de un sabor intenso; al servirlo habia visto más de una decena de especias diferentes.

Después de dos sorbos, comento con justicia, “La verdad es que está bastante bueno.”

Era casi mediodía y la comida del hospital aún no habia llegado. Sentia un vacio en el estómago y aquel caldo fortificante llegaba en buen momento.

Diez minutos después, Violeta miró lo que quedaba en la fiambrera y puso la taza a un lado, sujetándose el estómago levemente hinchado. “No puedo más…”

Recordó al chofer que había regresado a insistir en que no quedara ni una sola gota.

Pero era demasiado caldo…

“¡Tiralo!” le dijo Rafael, acercándose.

“¡No!” Violeta lo detuvo. Sebastian había tomado la iniciativa de enviarle ese caldo y, aunque fuese sorprendente, no quería desaprovechar su gesto ni las valiosas especias.

pasó una taza llena a Rafael. “Tú

mitad del caldo que quedaba en la fiambrera. Aún sin

sentian saciados.

tapa, no pudo evitar eructar.

se le dibujó una sonrisa al imaginar su rostro severo y serio. Se rio y comentó, “De repente, siento que tu papá puede

¿Adorable?

frunció los labios. No estaba de acuerdo y le dijo con sarcasmo, ¿Ya olvidaste cómo

ceño. “Antes me daba cheques y me quitó a

buena memoria para las ofensas, comentó Rafael con una

protestó Violeta en voz

anteriores, Rafael la abrazó acostados en la estrecha cama del hospital,

cercania

giró ligeramente y

y Lamberto? le preguntó Rafael dándose cuenta, con una mirada

la mano en su

y bien..

acomodándose para agarrarla y evitar que ella

hablar con el médico sobre

Francisco Él nunca supo nada sobre la cirugía, es muy posible que jamás hubiera descubierto la verdad. Pero si lo que yo sospechaba era cierto, y Bianca y su hija estaban al tanto, ¿cómo Melisa podría saber que mi

ella no podía dejar

༈ ༢

sus palabras, Rafael también frunció el ceño lentamente.

esto son solo mis suposiciones, no tengo pruebas, y realmente no sé qué fue

eso!” Rafael, viendo la sombra que oscurecia su rostro y queriendo que no se preocupara demasiado, acarició el cabello largo y suelto de ella, “Lo

Violeta asintio

poco

con los de

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