Capítulo 520

Violeta se tranquilizó al ver que Marisol estaba tan despreocupada con la situación.

Al notar el edificio detrás de Violeta, Marisol le preguntó, “¿Estás en su clinica?”

Violeta se sorprendió un momento antes de darse cuenta de que se refería a la clínica privada donde trabajaba Antonio. Asintió y le dijo, “¡Si!”

“¡Qué bueno que estés ahi! Las clinicas privadas suelen tener mejores condiciones que los hospitales públicos, y con él ahi, puedes contactar a médicos conocidos ¡Todo es más conveniente!” Marisol asentía a través de la pantalla y al ver que Violeta no le respondia, le preguntó, “¿Qué pasa, Violeta?”

Violeta se detuvo un momento antes de decirle lentamente, “Aún no te has enterado, la semana pasada Antonio se fue de Costa de Rosa. Rafael lo acompañó a él, se fue a ofrecer ayuda a las montañas.”

“¿Ayuda a las montañas? Marisol se mostró asombrada.

“Si…” Violeta asintió.

Ella también había quedado sorprendida cuando escuchó la noticia.

Viendo que Marisol seguía con la mirada baja y sin moverse en la pantalla, Violeta pensó que podría haber problemas con la conexión. ¿Marisol?

Marisol levantó la cabeza rápidamente, y aunque trató de ocultar sus emociones más profundas, evidentemente no estaba muy feliz. Su voz se volvió más baja, “No es nada, de repente recordé que siempre decía que quería ver la puesta del sol sobre las montañas nevadas…”

“Marisol, en realidad… Violeta mordió su labio.

Pero Marisol la interrumpió con un gesto de su mano, “Violeta, sé lo que quieres decir, pero ya eso es pasado. Quiero mirar hacia adelante, olvidar el dolor y comenzar una nueva vida. Créeme, cuando vuelva a verte, estaré llena de energia.”

Al terminar la llamada, Violeta se levantó del banco y salió de la clínica,

no le pidió a Pablo que la esperara y

se quedó bajo su

clínicas son a menudo los lugares más concurridos de la ciudad, y la entrada estaba siempre llena

Silvia, vestida de negro, acababa de salir de una tienda con un vaso

semblante sombrio que contrastaba con su ropa oscura, parecía particularmente desanimada. Desde su último enredo con lo del veneno para ratas, Luis estaba furioso y se decía que no la

que estaba mirando

༢ བ

empezaron a moverse al son de sus bocinas, Violeta vio que Silvia, perdida en sus

y los demás pasaban

“Bibibi

se acercaba rápidamente tocando la bocina.

parecia no haberlo oído y continuaba caminando con la cabeza baja.

detrás del árbol y la aganó del brazo

reaccionó, tropezando hacle atrás y cayendo al suelo, derramando su café. Mientras el coche pasaba zumbando, el viento agitaba su cabello, y cuando se levantó, sus ojos aún estaban enormes y temblorosos por

Susto

se dio cuenta de quién la había salvado.

cuenta de que Violeta también había tropezado ligeramente con un peatón al salvarla, pero parecía estar bien, se acercó

frunció los labios y le dijo: “Si de verdad quieres agradecerme, ayúdame a sentarme un rato allá en esa silla.”

la apoyo para llevarla a una

su bolso estaba abierto, y los análisis que había traído del hospital junto con

“¡Yo los recojo!”

a Violeta con una

con

bruscamente, su rostro cambió de color y la miró como si viera a un monstruo, con una mirada de extrema confusión y exclamó incrédula: “Tú, estás embarazada, y todavía sales a salvarme! ¿Estás loca? ¿Sabes lo peligroso que es eso? ¿Qué hubiera pasado si te pasa algo a ti o al

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