Capítulo 529

No solo andaba contando por ahí que estaba embarazada, sino que también le decía a la gente que esperaba una

niña…

Violeta llegó a sospechar que, por suerte, esto no estaba sucediendo en tiempos antiguos. Si Rafael hubiera nacido en una familia real, probablemente ya habría proclamado la noticia a los cuatro vientos.

Recordaba que en el pasado ella habia dudado, pero Rafael habia afirmado con total seguridad que sabía lo que habia sembrado y que sería una niña. Violeta incluso podía imaginarlo contándole a Raúl acerca de su futura hija, probablemente con el pecho inflado de orgullo.

དྷ ྋༀཎ — ཡཾ

La puerta de la oficina del presidente estaba abierta y desde lejos se podía ver a Rafael inclinado sobre su

computadora.

Ese día, Rafael había optado por una camisa de color azul marino, de espaldas a la luz del atardecer, parecía tan profundo como el océano. Estaba tan concentrado que no oyó los pasos de Violeta y Raúl acercándose.

Al ver la puerta abierta, Violeta no se molestó en llamarlo y, tomando la bolsa de las manos de Raúl, entró en la oficina con pasos silenciosos

Durante todo ese tiempo, Rafael no levantó la mirada, sus ojos oscuros y profundos parecían fijos en la pantalla, y su mano derecha movía el ratón de un lado a otro con seriedad y concentración. Violeta no quería interrumpirlo, así que no le dijo nada y caminó hacia el otro lado del escritorio.

Cuando pudo ver la pantalla de la computadora, no pudo evitar reírse, “¡Oye, te pasas de distraído!”

“¿Cuándo fue que entraste? Rafael finalmente apartó la vista de la computadora.

“Justo ahora!” le contestó Violeta, señalando la pantalla y bromeando, “Pensé que el Sr. Castillo estaba sumergido en el trabajo, cerrando algún gran contrato, ¡y resulta que está mirando pañales para bebé!”

Rafael se levantó de inmediato, cediéndole su silla y ayudándola a sentarse. Aunque escuchó el tono burlón de su voz, se veía completamente complacido, “Ya terminé con el trabajo, no tengo nada pendiente, así que aproveché para echar

un vistazo.”

oficial de una tienda extranjera. Antes de que Violeta entrara, Rafael estaba seleccionando artículos para bebés y embarazadas,

las haría una mujer, pero se

su comportamiento. Él se había perdido el primer embarazo, dejándola sola durante la gestación y el parto, así que quería hacer todo

apuro, ¡Vamos, tenemos que regresar a casa a recoger

Rafael asintió, cerrando las pestañas del navegador una a una.

maternidad, y se les subió

mano hacia la salida del edificio. Justo cuando estaban a punto de atravesar las puertas giratorias, Rafael le dijo de repente “espera un momento”, soltó su mano y se acercó a una trabajadora de la limpieza que

seriedad, le dijo, “Mi prometida está embarazada, tendrá una niña. Asegúrese de no dejar huellas de agua en el suelo de mármol después de limpiarlo,

asintió rápidamente, “¡Si, Sr. Castillo!”

bastante avergonzada. Cuando el volvió a su lado, ella le dijo en voz baja

Capitulo 5,9

y no

quedó sin

Range Rover blanco se

en productos de soja, seguramente una elección pensada

tiempo y, cuando llegaron, se levantó de su lugar y les hizo señas para que se unleran a él en una mesa redonda junto

y Nono pensaba que este tio quapo iba a competir con él por Vivi como antes. Apenas se sentó, se levanto para anunciar, “Vivi va a tener una hermanita en su pancita!”

carcajada y les felicitó sinceramente, “Señor Castillo, Violy, felicidades!”

competencia amorosa, porque sin importar lo mucho que se esforzara, nunca habría tenido la oportunidad de interponerse entre

él la llamaba “Violy” y entendía por qué lo había propuesto en aquel entonces, era para evitar la incomodidad en futuros encuentros. Lucio era el tipo de persona que ella admiraba y se sentía honrada

su amiga

y además tan humilde y honesto,

el mesero llegó con los platos, una muchacha conocida pasó cerca de ellos.

“¿Silvia?”

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