Capítulo 545

Violeta al ver que Silvia se ponía colorada y balbuceaba, supo que algo más debía haber ocurrido la noche anterior. Al escuchar la continuación, no pudo evitar sorprenderse y preguntar, “¿Tu mamá regresó?”

“¡Si!” Silvia aceptó con la cabeza, “llegó en el vuelo de la mañana y me pidió que te dijera que le gustaría almorzar contigo hoy.”

Si no fuera porque Faustina la había llamado temprano esa mañana, quizás Silvia habría podido quedarse un rato más en esos brazos tan cálidos. Cuanto más lo pensaba, menos controlaba el calor en su rostro, y temerosa de ser descubierta, bajó la cabeza rápidamente.

Violeta no se percató de esos detalles, solo pensó en lo que había dicho antes a Rafael, y accedió con un gesto afirmativo, “¡Claro!”

Después de llamar a Rafael, quien ya estaba en el aeropuerto, subió a cambiarse de ropa y salió de la villa junto con Silvia.

Se dirigieron a un restaurante italiano y llegaron un poco temprano, esperando en una mesa.

Unos diez minutos más tarde, vieron entrar a una elegante mujer de alrededor de cincuenta años, vestida con un traje negro, luciendo muy sofisticada y con gafas de sol. Guiada por el mesero, se acercó a su mesa.

“¡Mamá, aquí!”

Silvia se levantó de inmediato, derramando accidentalmente su vaso de agua..

Faustina, al llegar frente a ellas, miró a su hija con severidad y dijo riendo, “¡A tu edad y sigues siendo tan torpe!TM

Silvia sonrió con encanto y luego tiró de su madre diciendo, “Mamá, ella es Violeta.”

no seas irrespetuosa! Faustina

seríamos mejores amigas,” insistió Silvia, apoyando su cabeza en el hombro de

un

saber cómo empezar la conversación, Violeta vio como la mujer se acercó y puso su

que Violeta sintiera de inmediato un lazo de cercanía con esta tia relacionada por sangre.

dijeron que aún no llegas a los dos meses? Es un momento para tener mucho cuidado, le aconsejo

Violeta,

que llamarme tia, recordó Silvia desde un

saliva y lo dijo, “Gracias… tia.”

y tu abuelo ya te han aceptado, así que no puedo rechazar ese título de tía. He vivido muchos años en el extranjero y no sigo mucho las costumbres de aquí, así que no te traje un regalo, pero te invito a comer, ¿qué

asintió mientras el mesero les traia el

que no son recomendados para mujeres embarazadas

llegaran los aperitivos, Silvia preguntó, “Mamá, llegaste en el vuelo de la mañana y apenas

directo al cementerio para visitar a la Sra.

Cap.lulo 545

fui a casa de tu abuelo Luls a pedir

también conocía esa relación a través de Rafael. Que la primera parada de Faustina

a la casa de mi abuelo Luis?

para ratas, me las hicieron tragar, pero no pienso dejarlo así, aunque no tenga pruebas.

tenía pruebas? Pues, sospecho que fue obra de

lección, me hace sentir mejor”, concluyó, dirigiéndose nuevamente a

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