Capítulo 560

No era posible seguir escondiéndose para siempre.

Violeta, aunque había pedido la tarde libre, tenía que volver al trabajo al día siguiente. Aunque había considerado renunciar, realmente disfrutaba su empleo y el afecto de sus compañeros le resultaba difícil separarse de las amigables compañeras.

Desde que la relación con Rafael salió a la luz, Violeta sentía que se había convertido en el centro de atención en la oficina, especialmente cuando salía del ascensor para entrar al área de trabajo. Esas miradas estaban llenas de cautela y un respeto temeroso.

Rafael había llamado al director general de la empresa para informarle de la situación y así evitar que Violeta se encontrara con demasiadas molestias al regresar a su puesto.

A pesar de eso, tan pronto como se sentaba en su silla, los compañeros venían de vez en cuando, intentando charlar un poco con ella, girando la conversación alrededor de Rafael. Violeta solo podía ofrecer una sonrisa incómoda pero educada, agradeciendo internamente cuando Tania y Blair intervenían para darle algo de espacio.

Aunque en el departamento de finanzas su carga de trabajo no solía ser excesiva, ahora, por instrucciones discretas del director, se había reducido a la mitad, siendo absorbida por sus colegas. Violeta se limitaba a hacer fotocopias y ordenar informes financieros, y aunque se sentía algo inútil, no podía más que aceptar los privilegios que venían con ser “la mujer de Rafael”…

Pero había una ventaja: al finalizar la jornada, no necesitaba esconderse. El llamativo Range Rover blanco de Rafael la esperaba justo frente al edificio, con él apoyado casualmente en la puerta, un espectáculo encantador bajo el sol poniente.

Cuando ella se acercaba, él abría la puerta del vehículo.

Luego la ayudaba a sentarse y le abrochaba el cinturón de seguridad, su enorme mano descansando sobre su vientre plano, y al incorporarse le daba un ostentoso y romántico beso en los labios, dejándola con las mejillas teñidas de rojo y sin poder levantar la mirada.

a todos boquiabiertos con su muestra

del jardín de infancia, no se dirigieron directamente a la villa, sino que tomaron la dirección opuesta hacia

únicamente por Rafael. Francisco no había conocido a Nono todavía y, al igual que Lamberto y Luis en su momento, quedó encantado con el pequeño

Nono.

sedoso y rizado cabello de Nono,

había llegado a esa edad y vivía solo, ver a un nietecito tan adorable era emocionante. Nono, por su parte, no comprendía las emociones

la casa, Violeta recibió una llamada de Francisco. Pensaba que solo irían a cenar algo sencillo, pero

te vas

casa gracias a un amigo. Mis antiguos compañeros de trabajo viven allí y al parecer, es un buen lugar para retirarse. La verdad es que aquí en Costa de Rosa no me queda mucho por lo que quedarme, quiero comenzar

nadie que te cuide…”

una asistente como aquí. Y si llega el momento, también existen residencias para ancianos. No te preocupes por mi, Violeta”, aseguró

profundamente la

un poco al final. “Ya casi tengo todo listo para la mudanza. Te llamé hoy para Informarte acerca de ml decisión. Ya que me

casa, era claro que su decisión de

sorprendida por la decisión de Francisco, no estaba del todo impactada. Isabel y Estela, una estaba detenida y la otra condenada, dejando a Francisco

su padre adoptivo ya no

situación y ahora solo sentía agradecimiento

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