Capítulo 599

Violeta, como cada mes, cumplía con rigor las visitas al obstetra siguiendo las recomendaciones médicas. Aquella mañana, al salir del baño y al agacharse para accionar la cistema, sintió un malestar en el vientre que la alertó.

Su fecha de parto estaba prevista para el siguiente mes, y la idea era ingresar al hospital algunos dias antes para esperar la llegada del bebé con calma. Pero tal vez, el regreso de Rafael habla emocionado tanto a Violeta que habla provocado dar a luz antes de lo previsto.

“¿Ya vas a dar a luz?”

La voz de Rafael se elevó en tono y urgencia mientras se acercaba a ella. Al instante, la levantó en brazos con cuidado y comió escaleras abajo, llamando a Pablo con urgencia: “Pablo, Pablo! ¡Prepara el auto, Vivi está por dar a luz!”

Pablo y Lucia, al oir el alboroto, salieron comiendo a vestirse precipitadamente.

Pronto, el Mercedes negro de la casa cortaba la fria noche invernal en su camino al hospital.

Nono, como si tuviera un sexto sentido, despertó de golpe al oír el anuncio del inminente parto. Vio a su padre cargar a su madre escaleras abajo y, decidido a no quedarse atrás, se subió al auto en pijama con la ayuda de Lucia.

No había esperado el amanecer para dar la buena nueva del retorno de Rafael. Cuando llegaron al hospital, las dos familias ya los esperaban,

Lucia había recibido instrucciones de Sebastián y Lamberto. Ella debía informarles de cualquier novedad sobre Violeta a cualquier hora. Al ver a Rafael bajar con Violeta en brazos, no dudó en llamar a ambas familias que, por la cercanía de sus casas, llegaron primero que ellos.

“¡Rafael!”

Sebastián avanzó emocionado al ver a Rafael descendiendo del auto. A su lado, su esposa Patricia y su hermana Catalina, que acababa de regresar al país, no podian creer lo que veian. “Catalina, Patricia, no estaré soñando, verdad? ¿Realmente es Rafael, mi hijo, quien ha vuelto?”

Sebastián no creia lo que Lucia le habia dicho por teléfono hasta que vio con sus propios ojos.

estamos soñando!” exclamó Catalina entre lágrimas, maldiciendo

Patricia y Catalina, antes de decirles con la voz quebrada a todos: “Lo siento,

dijo Sebastián con lágrimas de alegría, aceptando finalmente la partida de su hijo y sumiendose en el dolor. “Papá, Vivi va a dar

se encendió aún más: “Cierto,

Patricia

jefe de obstetricia que habia seguido el embarazo de Violeta estaba de guardia y llegó rápidamente

una revisión, el obstetra dijo seriamente: “La bolsa amniótica ha roto, y aunque no es la fecha prevista y las contracciones son prematuras, el canal de parto no está completamente

ser un parto natural?” Le preguntó Rafael con el ceño

más seguro para los dos, insistió el

tras escuchar esto, no le preguntó más y asintió inmediatamente.

preparemos todo para la cesarea!” gritaba el jefe de obstetricia, ocupado en su labor, y luego se giro para preguntarle a la familia que lo seguia, “A propósito, puede entrar un

“¡Yo!”

dulce de

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su mano para agarrar el cuello del pijama de su hijo, levantándolo

acompañar a mi esposa, le dijo Rafael con paso firme, colocándose delante del pequeño. El jefe de obstetricia no pudo sino sonreir ante la escena, y asintió rápidamente, “Está bien, en un momento una enfermera te llevará a desinfectarte y a cambiarte a ropa

por favor firme aqui,” le entregó el jefe de obstetricia el formulario estándar para la operación, y al mismo tiempo

Rafael le respondió

que se acercaba al quirófano, una voz débil se escuchó,

dedos con sus labios finos, “No temas, querida, ni tu ni nuestra hija tendrán

rutinaria, pero no esperaban que él respondiera tan decididamente, sin vacilar, poniendo a su

duda, ella se

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