Capítulo 611

Antonio acababa de salir del restaurante en la calle para hacer una llamada y se disponia a encender un cigarrillo antes de volver.

Se quedó sorprendido al verla, sus ojos de seductor se entrecerraron de inmediato y, al segundo siguiente, su mirada se tomó enigmática.

A pesar de sus diferencias, Marisol no tenia tiempo para pensar en eso; desesperada, le pidió ayuda: “Hay unos tipos que me persiguen, échame una mano!”

“Rufián !” exclamó ella antes de darse cuenta de su error y rápidamente se corrigió, “Pss, pss, digo, guapo! ¿No tendrás un lugar donde pueda esconderme? Todos somos de Costa de Rosa, jayúdame que estoy en apuros! Fui a hacer una investigación encubierta y me descubrieron. Ahora me persiguen para quitarme la cámara; si logran alcanzarme, van a hacerme picadillo..”

Antonio exhaló el humo de su cigarrillo con indiferencia y respondió sin compasión: “No te voy a ayudar.”

“Tü

Marisol estuvo a punto de a Antonio por la rabia.

Furiosa, le señaló con el dedo, casi perdiendo la cabeza de la ira. No era dificil de prever, después de todo, la última vez ella se habia burlado de él mandandolo a la comisaria con la excusa de una violación. Seguro que la odiaba y no tenia intención de ayudarla; habia pedido su ayuda en un momento de pánico.

Marisol no quiso perder más tiempo y se levantó para seguir corriendo.

Pero apenas inició el movimiento, alguien la agarró. Furiosa, preguntó: “Oye! ¿Qué haces?”

Antonio cerró la mano que tenía en su muñeca y con una sonrisa socarrona en los labios, pero

o con una mirada intensa en sus ojos pasionales, dijo: “Mmm, podemos aprovechar para arreglar nuestros problemas“.

Marisol abrió los ojos de par en par

¡Qué desgraciado!

de entregarla a sus perseguidores. Aprovechando la situación para devolverle el

mano de él era como un aro de hierro, firme y seguro. A pesar de sus esfuerzos, no conseguia soltarse y si seguía así, los que la sequian

muy lejos! ¡Tenemos que enseñarle

cómo la manejo cuando la

el corazón a punto de saltarle por la boca, Marisol escuchaba los pasos que se

el retroceso, y agarrada por ese despreciable hombre, Marisol estaba

ay, ay, qué hacer!

colgó la cámara alrededor de su cuello y la escondió bajo su chaqueta. Luego se pegó fuertemente al pecho de Antonio,

y, de puntillas, se lanzó a besar sus

se esparció entre sus labios y dientes. Marisol se esforzaba

esconderse, intentando crear la ilusión de que eran dos enamorados besándose y asi evadir a quienes los seguian.

hubiera besado a ese imbécil, ¡ni

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a relajarse, Marisol se aferro a él, temiendo que los pasos que se acercaban

Sentia su lengua…

dientes, arrasando

instinto quiso empujarlo, pero el sólido cuerpo frente a ella no se movió,

solo duraban en el campus, ellos eran la excepción, el ejemplo para todos. En su último año, Rodrigo fue seleccionado para

siempre se hablan mantenido castos, sin llegar más allá, incluso cuando se besaban, él siempre era considerado con ella, temeroso de hacerla sentir incómoda,

para ella, como si alguien forzara las puertas de su boca con un beso agresivo y dominante que nunca antes habia experimentado.

extraño que le provocaba un hormigueo en la nuca y le hacia temblar las piernas

y maldiciones, “Maldita sea, dónde se metió esa zorra! ¡Claramente

no puede estar aqui. ¡Debe haber

con fuerza al hombre frente a ella y

сага.

hacia atrás y justo cuando iba a burlarse de su rostro enrojecido, recibió tal golpe

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