Capitulo 644

Desde lejos, Marisol reconoció de inmediato esa voz

Era la sensual mujer que habia estado al lado de Antonio toda la noche en el club de entretenimiento, vestida igual de provocativa que antes, con pantalones de cuero y botas, mostrando sus largas y delgadas piemas, su cintura fine se movia con encanto.

Cuando Antenio se giró al oir la voz, su brazo ya habin sido ngarrado.

La mujer levantó la mano y golpeó su pecho con un gesto de falsa molestia, pero su tono de voz eta todo capriche “Ese dia fuiste muy malo, me dejaste tirada a mitad de camino después de salir del club, todavia tengo que apuntar cuentas contigo!”

“No me importa lo que haya sucedido! Esta noche tienes que llevarme a casa”

Cualquiera que entendiera el contexto nabria lo que significaban esas palabras.

“Mmm” Antonio se tocó la barbilla, sin decir que al ni que no, sino con una expresión de dificultad, levantó la mano señalando el Cayenne que ya estaba fronte a ellos, “Eso, yo también vine en coche, tendrás que preguntarle a ella!

La ventana estaba medio bajada, y Marisol encuchó toda la conversación claramente

Apretó el volante con fuerza y giró la cara hacia el otro lado, pensando que si Antonio dejaba subir a la mujer, simplemente abriria la puerta y se iria, no tenia intención de ser la conductora gratis de esa mujer

Finalmente, la mujer se fue con dignidad, sin tener la cara dura de venir a pedirle un aventón, y se marchó en otro coche.

La puerta del copiloto se abrió y Antonio entro, or abrocho el cinturón de seguridad y miró hacia ella con una confisa burlona en sus ojos, y de repente le sonrió diciendo, Estás celosa?

“Ni hablar!” Marisol casi pisa el pedal equivocado, replicando con fuerza, su rostro mostraba su incomodidad al murmurar, “Antonio, el eterno seductor, seguramente cada dia tienes mujeres que se alinean queriendo dormir contigo, ¡qué tengo yo que ver con eso!”

Antonio bajó aún más la ventana, como si realmente pudiera oler algo, “Entonces, ¿por qué siento todo este olor a celos?”

Marisol se irritó con su broma, como un gato que ha sido pisado en la cola, y lo miró furiosa, “Antonio, si siques diciendo tonterías, pararé el coche y me iré ahora mismo.”

Antonio elevó sus cejas, pero no la provocó más con palabras

Sin embargo, Marisol se sentia cada vez más incómoda, especialmente después de lo que había dicho, no era solo una broma, sino que realmente creia que él tenia ese encanto, que las escenas que habla presenciado aquella noche podrían estar repitiéndose todas las noches sin que ella lo supiera.

profundamente el aire fresco de la noche

pasar el cruce, la voz grave de Antonio de repente se coló en su oido junto con el viento nocturno, “Nunca la he

el hospital, seguia asistiendo a lugares de lujo y lujuria, pero la mayoría de las veces parecia

se quedó

estado con ninguna

ojos seductores y profundos también la estaban mirando, bajo la luz de neon, tenías que mirar durante mucho tiempo

arrancando

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vivia Ella le dio la vuelta al coche y mir de frente a Antonio, que también habia salido del vehiculo. Al encontrarse con su mirada, rapidamente desvió la vista y le dijo con torpeza, “Ejem, gracias por la cena de esta noche, la próxima vez te invitaré yo, pero te aviso de antemano que no

sonrió con los labios curvados.

encontrándose de nuevo con su mirada, “aunque es un poco tarde,

últimas tres palabras sonaron como si

se volvió

y, mientras se daba la vuelta hacia el edificio, le dijo: “Entonces vuelve tú solo en el auto

“¡Espera!”

su mano y la

se giró, preguntándole

su muñeca, era suave hasta el punto de que temía que cualquier presión adicional dejaría una marca. “Solo un ‘feliz cumpleaños‘ suéna un poco descuidado, Sra.

su corazón se aceleraba con la forma en que él la llamaba “Sra. Pinales, y sus oidos zumbaron. “No te preparé nada“, le dijo ella, mordiéndose la comisura de los labios con cierta incertidumbre. Había aprendido. sobre su cumpleaños esa tarde, cuando fue de prisa a visitar a su abuela en el hospital. Le dijeron que él estaba enfermo, y ella fue directamente a comprar medicina, no tuvo tiempo para pensar en regalos

mirada se calentó hasta que, de repente, dio un gran paso adelante, y su alta y erguida figura se inclino sobre ella. “El regalo de cumpleaños que quiero jeres

“Yo… ¡mm!”

sus palabras fueran devoradas por su beso. El beso de Antonio era dominante, atrapandola completamente en sus brazos sin dejar espacio, invadiendo su boca

tenue o tal vez por la fuerte

piernas, estaba temblorosa como un sauce en la brisa nocturna, queriendo empujarlo pero sus manos se aferraban incontrolablemente a la

apenas sintió alguna ligereza en

esos ojos almendrados parecian capaces de ahogarla. Para cuando Marisol reacciono al peligro de contagio por su saliva,

cama

aquella mano larga y elegante ya había desabrochado los botones de

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