El amor del Ceo mexicanoES by Pandora
Chapter 12
Al calor de las copas El Ceo con aura de emperador Cristóbal Altamirano hizo válido su matrimonio ante el notario encargado de entregar la herencia que su padre el señor Cristóbal Altamirano dejó, por lo pronto su tío Anibal aunque se casara al día siguiente no podría meter sus ambiciosas manos e n la herencia
Cristóbal llamó a su abuelo y le dio la noticia_
abuelo cómo está todo en casa?
Estamos preocupados hijo, no te lo voy a negar, estamos a punto de caer en las manos de tu tío Anibal y eso nos tiene a tu abuela y a mí con el jesus en la boca!
Precisamente para eso te hablo abuelo, me e casado hoy, por lo pronto no tienes que estar preocupado o angustiado ni tu ni la abuela!
Es verdad lo que me estás diciendo Cristóbal? o solo estás tratando de calmar la angustia de éste viejo qué ya no sirve para mucho?
Pero qué dices abuelo! tu eres un fuerte roble, el gran pilar de nuestra familia! y lo del casamiento es completamente cierto, de hecho e venido personalmente a validar mi matrimonio con el notario que guarda la herencia de papá!
Entonces trae a tu esposa a la mansión, tu abuela y yo queremos conocerla! queremos saber quién fue la mujer capaz de hacer que mi incansable nieto se rindiera a sus pies!
No exageres abuelo, le preguntaré si desea cenar en la mansión Altamirano está noche, si acepta allí estaremos sin falta __oh! que felicidad hijo! tu abuela y yo dispondremos todo para esperarlos esta noche! los esperamos a las ocho en punto
Esta bien abuelo, saludame a la abuela!
Cristóbal colgó la llamada y se dirigió de nuevo a su mansión, cuándo llegó se encontró a Camill dormida en la cama de la habitación qué le asignó ella llevaba puesto solamente una camisa de él, de las que usualmente utiliza para hacer ejercicio, la camisa le llegaba a los muslos dejando ver a Cristóbal las estilizadas piernas de su esposa
El Ceo se quedó viendo unos cuantos minutos a su bella mujer, su virilidad reaccionó pero Cristóbal no quería tomarla aún, él había quedado a sus abuelos en llevar a cenar a Camill a la mansión Altamirano, sus abuelos estaban tan felices que no les podía fallar, si la tomaba ahora
no la soltaria quizas hasta la madrugada
Cristóbal se dirigió al minibar dónde tenía los mejores vinos, los mas costosos y de mejor calidad, se sirvió un trago de whisky pensando un poco en la locura que cometió el día de hoy, pero aún así todavía no se arrepentía
pensar cómo Rodrigo Mendoza pudo ser tan imbécil de engañar y perder a
inteligente y valiente, cualquiera amando como se notaba que ella amaba al Ceo Mendoza habría caído ante
para Camill
de su habitación frotandose los ojos, había dormido
Cristóbal, la bella durmiente a despertado! __lo siento estaba dernasiado cansada y agotada, además no es como si tuviéramos invitados o una recepción esperándonos,
llevaba puesto sostén, él
que fuera ciego! no podía negarlo, su esposa tenía un cuerpo exquisito! Cristóbal bebió
fueramos! ___ oh! pero.. yo.. yo no traje mi ropa conmigo, no tengo nada que ponerme, tendré que ir a casa de mi padre mañana para pedirle
más y mandaré traer las prendas suficientes para que te vistas! estás seguro? mira
dado acaso la impresión de ser tacaño? yate e dicho que el dinero no es problema para mí, iremos a cenar con mis abuelos lleva puesto solo
hombre–bestia como siempre tan frío e inexpresivo _gucci, prada, jimmy shoo,
concepto de adaptarte
al malhumorado Ceo_Cristóbal la mal miró y bebió
a la cena familiar contigo ebrio!! esposo! ___Cristóbal pensaba que la mujer era demasiado molesta, él nunca
ya me quieres controlar? Ja! sí qué eres
comportarte con tus abuelos, entonces a mi tampoco! _ _Camill se acercó dónde se encontraba la champaña todavía entre hielos y se
tomó de
dos sorbos, la tercera la saboreo un poco más,
cena a la cuál asistir!_no me digas que hacer! apenas tenemos una hora
siguió bebiendo, ante la evidente molestia de Cristóbal, ella puso música en su celular y bailaba coquetamente, las copas ya se le habían subido, Cristóbal
bebido toda la botella, sus sentimientos estaban a flor de piel, le fue imposible no recordar a Rodrigo, su dolor la quemaba por dentro ella quería
ya eran más de quince, él tampoco estaba muy sobrio que digamos, se acercó a Camill para deterla de seguir bebiendo, la tomó por las muñecas
uno del otro rozando sus labios, la casi desnudes de Camill encendió de inmediato el deseo y la virilidad de Cristóbal quién no se
hasta qué fue dando paso a caricias atrevidas, Camill no podía pensar e n lo que hacía, se estaba dejando llevar por el cruel Ceo que a pesar de tener un horrible genio
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