El amor del Ceo mexicanoES by Pandora

El preocupado Ceo Chapter 38

Un asador con carbón ardía en el jardín, Camill estaba impaciente por qué las cebollitas y la carne estuvieran ya listas para comercelas, ella salibaba sin poder evitarlo, Cristóbal la observaba de reojo, ella parecia una niña en una fiesta de cumpleaños, hasta le echaba aire al fuego con un plato de celofán para que prendièra más rápido el carbón

Dos cocineras preparaban toda la guarniciones, Camill había sido muy específica de como quería las cosas y con el genio que se cargaba por el embarazo más valía que le dieran su comida como la pidió, de lo contrario lloraría como magdalena perdida

Dos guardaespaldas buenos para la cocina asaban la carne y movían las cebollitas, Camill puso a dorar unas tortillas, se veía impaciente, Cristóbal decidió hacerle plática para darle tiempo a su personal de terminar con la cena

Entonces cómo estás de tus brazos Camill? todavía te duelen? _siii, todavía me duelen, esa aguja era demasiado grande, no quiero regresar al hospital nunca! _ aaaah! Y, en dónde piensas tener al bebé? debajo de un árbol como lo hacen las mujeres de antiguas tribus?

No bueno tampoco exageres! tu lo que quieres es que yo sufra! que sufra mucho dolor para disfrutarlo verdad? cómo no eres tú el que va a parir al bebé en vez de mí, quieres utilizar el método más doloroso posible!no es cierto?

Dios que paranoica estás! Cristóbal pensó que hacerle plática había sido una idea equivocada, ellos nunca se ponían de acuerdo, Camill pensaba lo peor de él siempre y no es que fuera un santo, pero tampoco era tan malo, ni tan ruin 

Por fin para goce de Camill la carne asada y las cebollitas estuvieron listas, Cristóbal le sirvió personalmente, los empleados trajeron todas las guarniciones y las ousiy en una mesa que había sido puesta de último momento

que Camill pidió estaba

detuvo a una de las empleadas para pedirselo, más inteligente la ojiverde mar le dijo que se lo pudiera en un baso cerrado para que Cristóbal no de diera cuenta, la mujer asintió

nada tonto, le hizo una discreta seña a uno de sus hombres que sabía estaba atento a sus movimientos para que

en un vaso cerrado, Cristóbal entrecerrró los ojos, así que quieres engañarme y piensas que no

de la bebida, Cristóbal no perdia

tenía agua de jamaica en un gran vaso y con hielos, preguntó a su rebelde esposa, que estás tomando

ver la cara pensaba el Ceo, me dejas probar? _no! tu tienes un vaso, tomate

estás tomando refresco Camill? aún cuando el doctor te dijo que no era una buena bebida ni para ti, ni para el bebé? Cristóbal no se esperaba

alteraba mucho, ella ya no podía con la presión que el hombre estaba ejerciendo en ella, que vas a hacer? me vas a condenar

plato de Camill estaba casi lleno, era obvio que Cristóbal la había molestado y ella no

se levantó y se fue a una habitación de huéspedes, ella no quería ver al molesto de su marido, siempre dándole órdenes y diciéndole lo que tiene o no que hacer, a

y la cena servida, esto ya es demasiado, está mujercita está acabando con mi paciencia!

una mucama le dijo que su