Deliciosos juegos Cristóbal estaba trabajando en su laptop mientras que con un pie mecia el portabebé con el pequeño Cristóbal en el, de vez en vez vigilaba que Camill no se levantará de la cama, el médico había sido claro, reposo absoluto hasta que el bebé estuviera más firme en el vientre de su madre

Camill estaba recostada moviendo los pies de un lado a otro, con sus manos sostenía la sábana que la cubría, no había pasado ni un solo día y ya sentia que no podía más, ella no era de estar así sin hacer nada

El bebé Cristóbal comenzó a desesperarse y llorar para que lo alzarán, Camill de inmediato se destapó para ir a cargarlo Alto ahí! se escuchó la imponente voz del CEO, a dónde creés que vas? Solo voy a cargar al bebé, que tiene de malo Cristóbal? piensas tenerme acostada todo el bendito día?

Por supuesto que no Camill!

Menos mal suspiro la bella ojiverde

No solamente será de día si no que también será de noche, te vigilaré las veinticuatro horas si es necesario

Qué? estás demente o que te sucede? no puedes estar aquí vigilandome todo el tiempo, en algún momento tendrás que ir a trabajar y entonces podré levantarme de está cama! Sigue soñando, yo no me voy a mover de aquí! dijo Cristóbal muy calmado

yo no puedo estar todo el día metida en la cama, no puedes estar vigilandome como

querer levantarte a cargar al bebé Cristóbal pero no lo tienes permitido solo lo alzarás arriba de la cama, tienes prohibido caminar para ningún lado que no sea el cuarto de baño, si me desobedeces te ataré a

la cama y te haré muchas travesuras! Cristóbal miraba a

las hormonas del embarazo comenzaban a hacer lo suyo, ella se sentía exitada pero no sé lo diría al endomoniado CEO, no

se dio cuenta de la gran curiosidad de Camill por saber que le haría, había algo extraño en el brillo de su mirada cuándo preguntó, acaso ella estaba… deseosa y exitada? el endemoniado CEO sonrió de lado perverso, era verdad que no podía penetrar la intimidad de Camill pero nada le impedía jugar de

más de lo acostumbrado, al parecer el embarazo también lo afectaba a él, el Ceo lo paseaba por toda la habitación, las pisadas de sus lustrosos zapatos de cuero

Cristóbal, déjame alimentarlo, el Ceo depósito a su

seno de la cómoda pijama, rápidamente el bebé Cristóbal comenzó a comer jugueteando como siempre en el regordeto seno de su

llevaría a dar un paseo en auto a tomar una nieve, lo que sea era mejor que estar encerrada en la habitación, la bella mujer ya estaba ansiosa por saber a qué

Ceo lo llevó a su habitación a recostar lo en su cuna, el moisés ya lo había dejado, el regordeto bebé Cristóbal estaba creciendo muy rápido, una vez lo dejó el Ceo se dirigió a

iremos? ya dime qué

al paraíso, le susurró Cristóbal mientras

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