El amor del Ceo mexicanoES by Pandora

Chapter 145

La niña Valentina

Rodrigo

FLASH BACK

Estoy bajando las escaleras para ir al jardín, hoy es el cumpleaños de mi pequeño príncipe, estamos celebrando su nacimiento y que por fin ya tiene mis apellidos, ya es un Mendoza legalmente y eso me pone muy contento

como entrar a otro mundo, decoraciones, dulces, juegos y de todo hay aquí, definitivamente Elisa hizo un excelente trabajo, ella superviso hasta el último detalle como si de la madre de Alejandrito de tratara Veo en la distancia la esbelta figura de la institutriz de mi hijo ella es alta, mide creo uno setenta, su largo cabello rubio y sus pequeñas curvas la hacen lucir hermosa, ella es muy inteligente, elegante, educada y con un corazón que vale oro, desde que está aquí no se aparta de Alejandrito casi para nada, hasta e llegado a pensar que en su día de descanso no quiere salir de la mansión, pero lo hace para ver a sus padres, yo tampoco quisiera que ella tomara su descanso y abandonará ese día la mansión pero bastante hago ya manteniéndola con nosotros todos los días como para también

a ellos puedo sentir como Elisa se pone nerviosa ante mi presencia, ella parece un dulce conejo asustado, ella creé que no me e dado cuenta

día señorita Medina Gracias CEO Mendoza pero llámeme Elisa! solo Elisa por favor, pidió la bella joven sonriendo Solo lo pensé unos segundos para responder, Elisa será entonces! asentí devolviéndole la sonrisa, extraño en mi por que desde hacía bastante tiempo ya no sonreía tanto, no me había dado cuenta lo bien que se escuchaba su nombre saliendo de mis labios “Elisa” habíamos convivido demasiado tiempo éstos dos últimos meses, es como si ella fuera

les daban, de pronto una niñera acercó a una hermosa pequeña de ojos color ámbar y cabellos claros en pequeños roles, la niña

detenidamente al igual que Alejandrito, los poderosos Ceos presenciaban la escena, Cristóbal quitó el avioncito

de su pantalón, metió su manita para sacarlos y se los ofreció a Valentina, la niña los tomó dándole una sonrisa, más cuándo nadie lo esperó el bebé Cristóbal tenía a Valentina tomada de las mejillas con sus regordetas manitas, la miraba con mucho cariño, a ese bebé que pocas cosas le gustaban, no era tan amigable y

la mejilla de

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